Imagen de La Prensa Gráfica
La realidad demostraría que el segundo problema no estaba totalmente resuelto, las colecciones de La Prensa Gráfica, eran tan sagradas y todos sabían el celo que Manuel Molina mantenía sobre ellas que de inmediato, el uso que hacíamos de las mismas, levantaron interrogantes, Leonel Hernández recuerda: "Una de las mayores responsabilidades era manipular los tomos de los periódicos empastados, 'las colecciones'. El personal que te miraba trabajando con este material se preguntaba que se estaba haciendo y era una incógnita que el terminar el tiro a las 4 de la mañana no saliera hacia mi casa como de costumbre, sino, que me quedaba hasta entrada la mañana digitando información copiada de las colecciones. No recuerdo la emisora que escuchaba, pero me hizo aficionado y disfrutaba al grupo alemán 'Scorpions', ya que tenían programado ese grupo a partir de las 4 de la mañana hasta las 6".
Obviando eso, trabajabamos digitando todo lo que nos era posible en las horas adicionales que le dedícabamos a este proyecto.
El proyecto "Cronología de la guerra en El Salvador" (como le llamamos en un principio), tendría elementos complementarios: entrevistas. Aquí, la experiencia de Mario Larín se impuso: "Lo de las entrevistas se planteó desde el inicio a partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, para denunciar los distintos tipos de violaciones a los derechos humanos que se habían hecho en el país, desde el punto de vista de las víctimas y para que no se volviera a repetir. Era un mensaje a las nuevas generaciones".
El problema es que para esto se requería invertir tiempo, y debería hacerse en horas laborales. Recuerdo que pospusimos el tema por unos días, mientras cada uno de los cinco que ya éramos el equipo digitamos diariamente la mayor cantidad de información que nos fuera posible, y así, día a día las colecciones se iban cambiando y avazábamos digitando mes tras mes, año tras año. Nos comentábamos y apoyábamos mutuamente en las dudas diariamente, pero el trabajo no se detenía y cada día, cada uno de nosotros invertía tres o cuatro horas adicionales al trabajo para digitar información.
Cuando el trabajo ya estaba bien avanzado (diría que el 75 por ciento del período de guerra estaba digitado) y las preguntas sobre el manejo de las colecciones se hicieron más frecuentes, decidimos que era necesario venderlo hacia los jefes y propietarios del periódico. El elegido fue Mario Larín "Recuerdo que se discutió cómo plantear el proyecto a don José Alfredo Dutriz para que lo financiara. En aquel momento contaba con su apoyo y se lo propuse, creo que fue él quien designa a don Ramón Arqueros para vuelva operativa la decisión".
Don Ramon Arqueros (quien falleció en 2011), era en ese momento, el jefe de Atex, la unidad que velaba por el sistema propietario que se utilizaba para editorial y clasificados, era un hombre de amplia experiencia en todas las áreas del periódico y además persona de confianza de don José Alfredo.
Aquí pagamos el precio de ser salvadoreños y no documentar todo lo que hacemos, porque lo que sigue es borroso, Leonel recuerda que: "una noche que llegué, estaban hablando con don Moncho (don Ramón Arqueros) acerca del trabajo que podría hacerse, para la firma, se hablo de un par de 'sábanas' (así se llamaban a las páginas dobles) que se insertarían con la 'tropa' de colaboradores que yo tenía en paquetería, para formar unas 16 páginas, y se empezó a llamar el 'Documento'. Creo que Don Moncho al ver lo grande del proyecto y la posibilidad de hacer algo más acabado, se lo 'vendió' a Don José, ya que estaba la Solna (una máquina impresora de cuatro colores recién adquirida por La Prensa Gráfica) iniciando su operación en 'Gráficos y Textos', y no había mucha demanda para ésta en ese momento". Allí fue la experiencia de don Ramón Arqueros la que se impuso y lo que en principio pensábamos como una cronología, que luego se volvió "el documento" se convirtió en "El Conflicto en El Salvador" el documento que La Prensa Gráfica ofreció a las futuras generaciones para que no olvidemos todo lo que sucedió.
Para entonces, nosotros teníamos más de 1000 páginas tamaño carta en Courier 10 puntos, con datos. Fue don Ramón Arqueros, quien tuvo la ardua tarea de reducir aquello a lo que se presentó finalmente en el documento.
Con don Ramón Arqueros como responsable del documento, el proyecto tomó vuelo y se volvió institucional, en coordinación con Mario Larín incorporan a Antonio Herrera como responsable de la selección fotográfica, Toño, lo recuerda así: "con el proyecto del documento en marcha, Mario Larín me involucra en la recopilación fotográfica que pudiera ilustrar los hechos más relevantes del conflicto armado, y de los cuales se contaba con algún registro fotográfico en el periódico. Así, nos dimos a la tarea de recopilar del archivo del periódico imágenes de distintas etapas y hechos del conflicto, incluyendo parte del material fotográfico que yo había registrado".
Adicionalmente don Ramón decide incluir a quien en ese momento es el mejor diseñador gráfico en La Prensa Gráfica: Don Julio Munguía.
Los cinco del equipo inicial finalizamos la digitación del 100% del material y pudimos relajarnos porque ya don Ramón se hace cargo del proyecto, y cuenta con el visto bueno de la Gerencia General (don José Alfredo). Podemos entonces iniciar la etapa de las entrevistas.
Mario Larín cuenta ya con el respaldo de don Rosalío Hernández Colorado (Q.E.P.D), jefe de Redacción del periódico, que le brinda como aporte a la investigación una caja llena de documentos que él había acumulado bajo su escritorio, gran sorpresa cuando de ella obtuvimos comunicados originales de los escuadrones de la muerte con los listados completos de las personas que serían asesinadas por "comunistas"; comunicados originales de acciones militares, secuestros y actividades políticas de los diferentes grupos guerrilleros, que habían sido enviados a la redacción del periódico, muchos de ellos, previos a la ofensiva final de 1981 y que él había ido acumulando bajo su escritorio.
Con el trabajo que habíamos realizado, los cinco nos sentíamos satisfechos, sin embargo teníamos sentimientos encontrados. Leonel recuerda que: “fue sorprendente ver la manipulación de las noticias. En especial cuando has perdido amigos de ambos bandos”; Mario por su lado recuerda que: "El desencanto me vino al constatar que muchas de las cosas que se escribieron no habían sucedido así, o no se cubrieron". Personalmente aun hoy recuerdo lo que se escribió sobre la masacre de "El Mozote" y cómo tomé (sin consultarlo con el equipo) la decisión de modificarlo para dejar al menos el testimonio de que algo había sucedido. En todo caso nuestro objetivo era dejar un documento que sirviera de base a futuras investigaciones y que permitiera a cualquier salvadoreño que lo leyera, tener una idea de la dura realidad del conflicto interno.
A pesar de todo, había satisfacción porque creo que todos compartíamos el sentimiento de Leonel Hernández: "Conforme me involucraba, pensaba que aunque nuestros nombres no figurarían en los créditos, había una huella que dejábamos, para que los hijos de mis hijos, pensaba, no volvieran a vivir la zozobra de una guerra. Que cada vida perdida en el conflicto valía la pena y habría que dar fruto". Nos sentíamos contentos, pero entonces, tuvimos que hacer las entrevistas…
"El Conflicto en El Salvador" o El "Documento de la guerra en El Salvador" Primera Parte
"El Conflicto en El Salvador" o El "Documento de la guerra en El Salvador" Segunda Parte
"El Conflicto en El Salvador" o El "Documento de la guerra en El Salvador" Tercera Parte
"El Conflicto en El Salvador" o El "Documento de la guerra en El Salvador" Cuarta Parte
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