sábado, 27 de julio de 2019

Generando violencia desde redes sociales


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Solo como ilustración.

La historia de los cangrejos, me parece una fotografía del sentir, decir y hacer salvadoreño.

¿No la conoce? Se la escribo: Un investigador de la conducta tiene dos recipientes, uno “tapado” el otro no, adentro de ambos hay cangrejos. Un curioso pregunta, “¿Por qué estos están con tapadera y los otros no?”, responde el científico, “los tapados son japoneses, los otros salvadoreños”. Destapa el recipiente de cangrejos japoneses y de inmediato tres cangrejos se colocan para que otros dos suban sobre ellos y un tercero sobre los dos y así, cooperando buscan salir del recipiente. El científico tapa el recipiente nuevamente. Al asomarse al otro recipiente, el curioso ve que un cangrejo intenta subir y los otros se encargan de bajarlo para intentar subir ellos y así sucesivamente. “¿Lo ve?” pregunta el científico. “Esa es la razón: los japoneses trabajan en equipo, los salvadoreños son enemigos unos de otros”.

Por eso, pensándolo bien, la historia es una fotografía de la realidad. Un ejemplo: Hay una campaña: “los empleados públicos son huevones”, fue iniciada y alimentada desde las cuentas de algunos políticos y testaferros, esos que hoy les llaman troles y tienen la ventaja, en la red, de ser uno y parecer miles.

Esa campaña despierta en los demás salvadoreños la conversión del cangrejo, muchos de ellos, productos fieles del sistema educativo nacional, que en sus comentarios en red evidencian su capacidad para escribir cajón con “g” y seguir escribiendo sin notarlo porque la ortografía es una materia inexistentes en su cerebro, pero están convencidos que merecen el puesto que ocupa un “huevón” (total lo mismo van a hacer).

No acostumbro defender causas perdidas, la realidad es que más de algún haragán de primera, segunda y tercera existirá en la administración pública. También existen los enfermos mentales que por ser amigo de un “influyente” ministro o similar, se sienten herederos del reino de los cielos y creen, que siempre ocuparán esa posición, eso les ocurre porque su anatomía cambió, el intestino grueso ocupa hoy por hoy el lugar del cerebro. Esos y esas piensan, que la prepotencia les permite obtener el respeto que jamás lograrían por sí mismos, olvidan que la posición que tienen es “para mientras” y que del golpe que reciban al caer, el intestino volverá a su lugar y ojalá no hayan perdido el cerebro, para de nuevo usarlo (si es que pueden).

Estos incapaces o inmaduros, botan el trabajo de muchos miles que existen en todas las oficinas de gobierno y, que sienten el compromiso del trabajo diario en beneficio del verdadero cliente, que es el ciudadano que hace la cola para resolver cualquier trámite de gobierno. Esos miles que día a día buscan ser innovadores, creativos, sistemáticos, ordenados, responsables y chocan, en más de una ocasión, con jefaturas como las descritas en el párrafo anterior.

Como sea, el objetivo de estas líneas es decirles a quienes han lanzado esa campaña desde las redes que deben asumir responsabilidad de la violencia futura, porque esa campaña se suma a más de 30 años de frustración ante la falta de solución a los problemas existentes, el incremento de la deuda pública que obliga a reducir los fondos para salud, educación, seguridad; las pensiones de hambre que se pagan gracias al robo de los gobiernos sobre los fondos particulares de pensión; la incapacidad de generar empleos y los compromisos adquiridos recientemente que sin duda, incluyen la reducción del Estado, aumentando el desempleo. Ese cóctel señores en campaña, lo único que permite predecir es violencia diaria en la calle, en los autobuses, en las casas y en las instituciones públicas, como ya se empieza a ver, y ustedes, son co responsables de ella.

jueves, 18 de julio de 2019

Sus Asesinos, nuestros héroes. Sus héroes, nuestros asesinos




En toda guerra, los asesinos de un bando son los héroes del otro y, en consecuencia, del otro lado ocurre lo contrario, los héroes del otro bando, son los asesinos del uno.

Ocurrió en la antigua Yugoslavia, que en su desintegración acumuló tanta sangre… antes había sucedido en la Segunda Guerra Mundial, cada país tuvo sus héroes que en mayor o menor medida, fueron los asesinos de sus contrarios y así, en cada guerra surgen héroes de unos que son asesinos de otros y será al contrario en el otro bando.

Tenía razón Orwell al escribir que "la historia la escriben los vencedores", pero más razón tiene la escritora española Carla Montero que cierra magistralmente la frase: "…pero el tiempo da voz a los vencidos", y es que más tarde o más temprano, la historia será historia, estará escrita por historiadores profesionales e imparciales, será finalmente objetiva, y hará realidad aquello de que "La historia no es historia a menos que sea la verdad".

Cuando eso ocurra en El Salvador, nosotros (esperemos), habremos madurado lo suficiente como seres humanos para comprender que cuando nos volvemos fanáticos y cerramos la puertas al conocimiento, nos convertimos en un peligro para el resto de la humanidad, porque nos creemos enviados de dios o incluso, dios mismo, convirtiéndonos en asesinos de los otros, con la esperanza de ser héroe de algunos.

Reflexiono en esto luego de leer la entrevista a una ciudadana hondureña, quien en julio de 1969 era una niña y, junto a su padre, madre y hermanos se movían huyendo de la invasión salvadoreña a Honduras, cuenta que se encontraron con la tropa del General José Alberto Medrano (director de la Guardia Nacional que combatía al frente de sus guardias), los detuvieron, fueron entrevistados para definir su nacionalidad: hondureños se mueren, salvadoreños sobreviven… pero su papá sabía mucho de El Salvador y se hicieron pasar por tales, entonces el general en persona, le preguntó cómo era la torre de San Vicente, el detenido sacó de su pantalón una postal de la torre, eso les salvó la vida. El general, les puso guardias para que llegaran con bien a El Salvador, huyendo de la “barbarie catracha”, en el camino convencieron a los guardaespaldas para que les dejaran caminar solos, indicando que ya conocían el camino y así, pudieron seguir en su patria: Honduras.

Así son las guerras, pero las internas como la Yugoslava y la nuestra, son peores, dejan dolores latentes entre conciudadanos, un botón de muestra: la alegría y el enojo que causó en sectores de la sociedad la eliminación (al menos de la pared), del nombre de la tercera brigada de infantería en San Miguel.

En El Salvador tenemos heridas que curar, y solo será posible en la medida en que estudiemos la historia nacional de manera objetiva, sin pasiones, sin facciones, objetivamente.

Conocer y estudiar la historia nacional, es indispensable para superar el odio, la desconfianza… esto es un reto para un gobierno interesado en superar el subdesarrollo, pero sobre todo, es un reto y responsabilidad para cada ciudadano salvadoreño interesado en no repetir errores pasados.



El Ministerio de Educación permite descargar gratuitamente dos tomos de Historia de El Salvador, que es un buen inicio para estudiar la historia patria, Puede descargarlos desde el portal web del Ministerio de Educación en los siguientes enlaces: Historia de El Salvador, Tomo I"; Historia de El Salvador, Tomo II"