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La dictadura militar, se mantuvo desde 1972 hasta 1979, gracias a los fraudes electorales que realizaba cada elección, y en cada uno de ellos "mejoraba" su técnica, analizaba sus fallas y mejoraba para el próximo "evento electoral". Los métodos normalmente empleados eran:
- Uso de militares y cuerpos de seguridad (Policía Nacional, Policía de Hacienda, Policía de Aduanas y Guardia Nacional). Estos los utilizaba de dos formas:
- La primera era reprimiendo a la oposición, antes, durante la elección y posterior a la misma. Manteniendo vigilancia y seguimiento constante sobre la oposición y sus dirigentes, identificando miembros claves de los partidos políticos para secuestrarlos, torturarlos, o incluso (a finales de la dictadura) desaparecerlos.
- La segunda era asegurando los votos de los miles de conscriptos, oficiales y jefes del ejército y de los cuerpos de seguridad, ya que el día de la elección, con el pretexto de brindar total seguridad al "evento", acuartelaba a todos y luego los hacía votar. La ley electoral vigente en esos años, permitía "urnas móviles" que tenían como finalidad "acerca el voto al ciudadano" y estas urnas móviles se colocaban en los cuarteles de ejército y cuerpos de seguridad. Las narraciones de la época indicaban que la votación en estos lugares (cerrado solo para sus miembros) era que se colocaba la urna en una mesa y a cada lado de ella un oficial con un garrote en sus manos. El conscripto o agente de seguridad, votaba a la vista de los oficiales quienes batían al aire los garrotes para que no se equivocaran de partido al votar, así aseguraban que todos esos votos iban al partido oficial.
- Amenazar con quitar placas, licencias o permisos de circulación a los transportistas, contratados por la oposición para trasladar votantes de cantones o sitios alejados de la ciudad a los centros de votación (no había votación residencial), a modo que se reducía la afluencia de votantes. La gente de oposición aprendió a subirse a los vehículos del partido oficial y a gritar las vivas y consignas de los que iban en ella, y al votar, lo hacían por la oposición .
- En el campo, la Guardia Nacional, amenazaba a la gente con que luego de las elecciones si en una comunidad determinada ganaba la oposición, los "frijoles" que les iban a repartir eran "estos" (mostrando las balas del G3)
- En las mesas, asegurar que los integrantes de las mismas fueran del partido oficial, lo hacían obligando a los empleados públicos a ser vigilantes o miembros de mesa, de allí la importancia que le daban a que todo empleado público fuera afiliado no solo al partido oficial, sino también (y especialmente) a la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), así, todos asistían a las reuniones periódicas, cursos de formación, de modo que se volviera un incondicional y por supuesto, su puesto de trabajo estaba condicionado a la lealtad al partido oficial.
- En el conteo, intimidar a la oposición (de eso se encargaba los cuerpos de seguridad). Y asegurar que los presidentes de las mesas (todos alineados con el partido oficial), supieran imponerse con garbo a los demás miembros de la mesa, para imponer su criterio en discusiones sobre validez de votos.
- Provocar errores intencionadas en las actas con votación que no les era favorable, de modo que esos se invalidaron o al menos obligaran a un reconteo posterior.
- El cierra final y glorioso de los fraudes de 1972 y 1977, la energía eléctrica se suspendió en el medio del conteo y las papeletas variaron.
- Pero el mayor descaro, fue que para 1977, urnas se llenaron con votos a favor del partido oficial. El responsable de esto fue la Fuerza Armada, que utilizó sus medios (radios de comunicación, claves, vehículos, etc.) para asegurar el éxito de esta tarea. Recuérdese que en una dictadura la Fuerza Armada obedece al dictador, no a la ley.
- El Concejo Central de Elecciones (CCE - que así se llama el ente electoral de aquellos años), daba los resultados tres o cuatro días después del evento, de modo que la gente ya se había enfriado porque tenía que volver al trabajo el lunes y mientras, el CCE alineaban los datos a la conveniencia del partido oficial, el tiempo pasaba. El CCE siempre tenía mayoría oficialista, por lo que la oposición solo tenía la denuncia pública como medio de protesta.
Las reformas electorales de la Constitución de 1983 y posteriores, buscaron eliminar estos defectos y me atrevo a afirmar que se logró, y se ha mantenido hasta la pasada elección... El que se siga respetando la legislación electoral y que se eviten reformas que retrocedan lo logrado depende de todos los salvadoreños interesados en que así sea.
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