Varios años atrás dejé de incluir en mi presupuesto familiar la devolución de renta, y lo hice porque, por estar inscrito como contribuyente de IVA y por descuido, olvido o mala aplicación de la ley (no tengo obligación de llevar contador porque el monto es pequeño), la dirección tributaria cuestiona mis gastos y me hace que le presente todos los documentos de ingresos y gastos. Eso empezó a pasar cinco años atrás, y acepto que al menos hasta este momento, el problema ha sido desconocimiento (u olvido) de cuestiones que la ley contempla (ejemplo depreciación de computadoras es para tres años, no para uno).
Ni modo, ya se que me llamarán porque tengo algún gasto que les parece exagerado o por alguna otra razón. Así es que desde hace cinco años no me complico y la devolución de renta no está incluida en mi presupuesto.
Sin embargo, la mayoría de salvadoreños y salvadoreñas incluyen la devolución en su presupuesto, la programan para el pago de colegiaturas, de medicinas, algunos la utilizan para enfrentar imprevistos en salud y muchos, pero muchos, para paliar un poco el desempleo en el que se encuentran actualmente.
Es comprensible entonces la preocupación que tienen, porque a la fecha no haya sido cancelada. El proceso va lento, muy lento. Yo personalmente considero que es una falta de respeto para el ciudadano, pero, como muchas otras cosas, seguirá siendo igual hasta que los afectados tengan la inteligencia de unirse, el valor de pronunciarse y hacer el milagro que ya se ve en España: La marcha de los "indignados" ojalá algún día, asuman todos los afectados el papel de ciudadano y en vez de putear por correo a los que trabajamos en Hacienda, se unan en las calles y hagan sentir el poder que tienen los ciudadanos cuando asumen el papel que tienen: Ser los que mandan, el soberano, el patrón de los ministros y del presidente de la República, porque son ellos (los ciudadanos) quienes le pagan su salario (al presidente y ministros).
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