Empeñados como están los medios de comunicación en encontrar el escándalo en las cifras y datos publicados en los portales web del gobierno, no se dan cuenta de que algunas instituciones tienen ya amenazados a los Oficiales de Información con despido o incluso, según me comentaba un amigo ex compañero del Diplomado en Transparencia, pareciera que ya despidieron a alguno.
Sin duda la Ley de Acceso a la Información Pública, ha obligado a cambiar la mentalidad de sepulcro que existía en muchas instituciones, la cultura del ocultamiento ha ido cayendo y eso es en parte trabajo de los salvadoreños y salvadoreñas que tuvieron el arrojo suficiente (dudo que haya sido inocencia) de asumir el reto de participar activamente en el cambio de la cultura del secretismo, convirtiéndose en Oficiales de Información.
Salvadoreños y salvadoreñas que callada, pero con mucha dedicación, esfuerzo y bajo las malas miradas de algunos funcionarios o jefes, asumieron el reto de hacer que lo “público“ sea, por fin, público.
Los funcionarios y jefes, tuvieron durante un año, tiempo suficiente para cumplir la ley tal cual se manda. Cual buenos salvadoreños que cambian al último momento legal las placas de su vehículo, entregan su devolución de renta o firman la paz, algunos funcionarios no tomaron en serio la Ley (a lo mejor tenían información que, en la práctica, desde arriba se harían acciones para retrasarla), y hoy resulta que alguna información que les hace ver mal fue publica. Y los medios de comunicación, que también tuvieron un año para prepara a sus periodistas y formar equipos de análisis y estudio de la documentación para encontrar la verdadera información, la noticia que podría cambiar este país, se dedican a fomentar el morbo y han publicado algunas informaciones sin mayor análisis o investigación seria.
La combinación de funcionarios deseos de seguir manteniendo el statuo quo y de periodistas y medios listos para fomentar morbo, han colocado a los Oficiales de Información en una situación delicada.
Personalmente creo que todos los salvadoreños debemos un reconocimiento, un aplauso y la admiración a los hombres y mujeres que tuvieron el valor de asumir el reto de luchar en la práctica contra el ocultamiento de la cosa pública arriesgando su seguridad profesional y con ello el de su familia en una tarea, que ojalá los salvadoreños reconozcamos y apreciemos algún día en el precio que esto tiene.
Desde este rincón de la web, sugiero a los medios permanecer más atentos a los cambios que se estén dando en las Oficinas de Información y Respuesta (OIR) o de Acceso a la Información, de las instituciones públicas, centralizadas, descentralizadas o empresariales. Deberían prestar mucha atención a ello porque, en este momento, el cambio o “renuncia” de un Oficial de Información sin duda, significa que en esa institución se prepara el ocultamiento de algo que deben saber los salvadoreños.
1 comentario:
Es una lastima que la irresponsabilidad de los medios para con la sociedad a la que sirven y su falta de compromiso con la verdad, así como la falta de profesionalismo de algunos periodistas, sea la verdadera fuente de desinformación de la ciudadanía, y que la consecuencia sea la destrucción de una vida al poner bajo amenaza su empleo y quizás hasta su hogar. No medir las consecuencias de sus actos no solo es una desgracia sino que debería ser considerado un verdader delito. La APES podría dictar algún seminario para el uso responsable de la información del estado.
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