Diario “El Mundo“ destaca en su edición del 1 de junio que “Medicina legal cuenta más homicidios que PNC”; dejando de lado que esto es un retroceso, puesto que se había logrado cierto nivel de confianza en las cifras que manejaban esas instituciones, hay algo que llama la atención: hay un aumento en la cifra de desaparecidos con respecto al 2011.
Creo que el caso del cadáver que se desenterró en el Cantón San Antonio, en San Vicente y del que existen fuertes sospechas pertenece a la atleta Allison Iraheta, permite ya establecer un nuevo modo de operación de parte de los asesinos que siguen activos: secuestran, asesinan y entierran.
Ya los medios han difundido más de una información en la que las autoridades deben desenterrar cadáveres que resultan ser, de salvadoreños que previamente fueron secuestrados y algo más, en todos estos casos, se han llegado hasta esas “tumbas” ilegales, gracias a denunciantes que, con criterio de oportunidad, han traicionado a sus cómplices.
En otras palabras, la autoridad de los jefes de maras que desde la prisión han “pactado” la no agresión entre ellos, permite que se siga asesinando a salvadoreños y ha fallado, ya a su palabra de convertir las escuelas en “Zonas de Paz”, lo único que ha hecho es obligar a “los de la libre” (los mareros que no están presos) a modificar su forma de actuar, ya que hoy secuestran, asesinan y entierran.
A primera vista, la intención de estos asesinos es ocultar los hechos (las pruebas dirían los especialistas en criminalista) para que los asesinados, no sean contabilizados como fallecidos sino como desaparecidos, logrando que las cifras de las autoridades de seguridad se mantengan intactas en el “éxito” alcanzado, que los líderes de pandillas se mantengan fuera del Penal de máxima seguridad de Zacatecoluca; pero manteniendo el riesgo sobre los salvadoreños que no somos parte de las pandillas.
Si esto fuera así, implicaría que la autoridad de los dirigentes de mara encarcelados, se ha debilitado y que “los de la libre“, desobedeciendo a su dirección, siguen ejerciendo el sicariato o arreglando sus problemas internos o con la otra pandilla utilizando el método tradicional: el asesinato.
Las autoridades deberían informar de manera transparente a la población salvadoreña acerca de lo que está ocurriendo, y de las medidas que están tomando para evitar que nuevos jóvenes, adultos o ancianos salvadoreños sean asesinados y sus perpetradores, permanezcan impunes.
2 comentarios:
Acabo de leer tu nota. En realidad las cifras sobre desapariciones lo que indican es que, desde el inicio de la tregua interpandillas (8 d marzo), los reportes de desapariciones q recibe Medicina Legal han disminuido. Esa nota y una similar q publicó LPG solo evidencian una lectura atropellada y descontextualizada de los números, q pretenden sugerir q si bajaron las cifras de homicidios es porque a los muertos hoy los entierran.
Gracias por el comentario Ricardo, disculpa que no lo publiqué de inmediato pero es que he estado fuera de San Salvador y recién regreso. Que bueno que me haces ver eso, porque como explico (o trato de explicar) en el Post, la suposición que hago lo hago a partir de lo que había leído hasta esa fecha en los medios de comunicación y especialmente lo de ese día en Diario "El Mundo". Ciertamente luego de esa fecha, "La Prensa Gráfica" publicó algunos datos que van en la dirección de mi supuesto. Tu comentario, solo me lleva a recalcar lo que pido al final del post: Que nos informen qué es lo que realmente está sucediendo. Por lo que entiendo de tu comentario, no hay un aumento de desapariciones, ni de asesinados ¿es correcto?
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