Muy buena noticia, excelente noticia, mientras todos miraban y señalaban (a lo mejor mirábamos y señalábamos)al candidato republicano y a la IV Flota, los militares colombianos y el lider polìtico (el presidente) se anotaron un tremendo gol, pero más allá del lógico impacto publicitario que tiene la operación militar y que habla muy bien de la inteligencia colombiana, está el aspecto humano:
La situación de las personas secuestradas por las "Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia" (FARC), es delicada, y por lo que se conoce a través de los medios mundiales, infrahumana. Los defensores de las FARC (que más de alguno habrá en el mundo) dirán que son las mismas condiciones que padecen los guerrilleros que les acompañan, pero... existe una tremenda diferencia: los primeros son obligados a soportarla, los segundos la eligieron (se supone que voluntarimente).
Lo que queda, de mi parte, esperar, es que estos años hayan hecho crecer (en tan adversas condiciones) la solidaridad de Ingrid y que jamás olvide a las personas que aun son secuestradas, porque ellos no tienen la ventaja de la doble nacionalidad.
Que su palabra, empeñada a nivel mundial pocas horas luego de su liberación, sean guìa en esta nueva etapa de su vida.
Desde este rincón de la blogsfera salvadoreña, levanto una Pìlsener (la cerveza más popular en El Salvador) para acompañar el brindis de la liberación de Ingrid Betancourt y sus 14 compañeros de infortunio, hoy de nuevo en el hogar que seguramente les ha extrañado por muchos años, y con esa alegría, celebro tambiém el retorno de la esperanza para los que aun tienen parientes secuestrados por las FARC. ¡Salud Ingrid y 14 liberados más!... ¡Salud por quienes aun deben retornar a sus hogares!
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