domingo, 24 de junio de 2012
¿Y los jóvenes dónde están?
Los jóvenes tienen el derecho de aspirar a un país diferente, un país de oportunidades, un país que no los siga expulsando de su territorio por hambre. Pero ese derecho, no les llegará servido en bandeja para que lo tomen, van a tener que ganarlo.
Los jóvenes en la izquierda deberían evitar repetir automáticamente las consignas de la guerra, "El pueblo unido jamás será vencido" es un canto nacido en Chile en 1973 (el siglo pasado) y fue un canto de lucha y valor para nuestra generación izquierdista que se discutía espacios contra las dictaduras militares en todo el continente. Hoy, siempre en Chile, los estudiantes enfrentados con el sistema educativo, han actualizado la frase a: "El pueblo unido, marcha sin los partidos".
Igual debería ser con los jóvenes de la derecha.
Los jóvenes deben saber que de seguir repitiendo las viejas consignas, de seguir como autómatas las guías de los viejos dirigentes de los partidos políticos, estarán condenados a seguir repitiendo los mismos errores y a seguir "viviendo" en este mismo país del que salen expulsados diariamente cientos de compatriotas, jóvenes en su mayoría.
La campaña presidencial está ya sobre rieles y, al menos en tres partidos políticos (ARENA,FMLN y GANA), los interesados en ser el próximo presidente de El Salvador, han establecido posiciones, "buscado apoyo", lanzado campañas encubiertas, y lo más importante en la campiña electoral salvadoreña, han sacado sus viejas camisetas para intimidar a la militancia, especialmente a los más nuevos, exprimiendo, frente a todos, el sudor acumulado, reclamando así un "derecho" que no debería existir, sobre todo en la izquierda, en la que la militancia fue voluntaria y nadie nos pidió integrar una organización política o arriesgar la vida, fue una decisión voluntaria y desinteresada (al menos de la mayoría de los que yo conocí y que ya no están con nosotros).
Ante esta húmeda demostración de "fidelidad a los principios", las direcciones de los dos partidos más grandes, y el cerebro que maquina tras el tercero, buscan tomar la decisión suprema de determinar, quién representará y defenderá mejor sus intereses, para luego hacer que todos los militantes voten por el elegido so pena de ser excomulgados de la sacrosanta institución política a la que tienen el honor de pertenecer.
¿Y los jóvenes? ¿Dónde están? Pareciera que están allí esperando el turno de tomar la estafeta para convertirse en el nuevo "heredero" de los beneficios de ser dirigente o ungido, saben que solo lo lograrán estando dentro del partido. Es triste ver ese conformismo y esa obediencia ciega que raya en la sumisión total, dejando de lado su inteligencia y capacidad. Es triste ver a profesionales de calidad en sus trabajos, que dentro de las instituciones partidarias se vuelven obedientes militantes, incapaces de refutar una orden ilógica o errada.
En todo el mundo, los jóvenes siempre han sido motor de cambio, no deben perder nunca ese rol so pena de seguir estacionados en la situación actual. Si no cambian las consignas, el vocabulario, las actitudes, las acciones porque la dirección no lo permite, si no cambian esa dirección vieja y apoltronada en sus beneficios particulares, deben resignarse a seguir buscando el futuro fuera de la Patria que les ha visto nacer y que está obligada a proveerles de una vida digna.
Jóvenes, ustedes deciden…
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