domingo, 21 de octubre de 2012

La maldición de los Eurobonos



Comentando sobre deuda pública, hace algunos años un economista me decía: "Los préstamos con el Fondo Monetario o cualquier banco no son el problema porque esos te dejan una cuota de amortización e intereses y se van pagando, el problema son los Eurobonos. ¡Esa si es deuda eterna!, porque para cancelar unos, debes emitir nuevos y es un círculo vicioso".

En El Salvador, las direcciones partidarias, las gremiales empresariales y los políticos en general, no deben seguirse arrogando el privilegio de decidir el presente y futuro de millones de salvadoreños, tomando decisiones sobre las finanzas públicas, tras puertas y ventanas cerradas.

Ya en períodos presidenciales anteriores se ha cambiado deuda de corto plazo (LETES) por deuda de largo plazo (BONOS). Nos dijeron que era un acto inteligente, una gran oportunidad para el país pues permitía disponer de "dinero fresco" para inversión pública. Es evidente, que este remedio no solucionará hoy, como no lo hizo antes, el cáncer recurrente del endeudamiento público, que afecta siempre a los más pobres.

Creer que El Salvador tiene salida al endeudamiento, sin un compromiso nacional (llámese pacto fiscal, acuerdo de disciplina fiscal, o con cualquier otro nombre) entre todos los sectores productivos (que incluye por supuesto a los trabajadores), es, cuando menos egoísta e ingenuo.

Se requiere patriotismo de parte de quienes se oponen egoístamente porque se verán afectados y no es suficiente su pretexto de que "el gobierno se roba los ingresos o gasta demasiado" cuando muchos de ellos o sus familiares han sido parte de muchos otros gobiernos que son hoy co-responsables de la situación que vivimos.

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