Platiqué nuevamente con Carlitos y me respondió: “Ustedes están muy bichos, los voy a conectar con alguien que les pueden enseñar más sobre marxista y luego, cuando ustedes crean que ya están listos toman la decisión”, acepté de inmediato y le comuniqué que éramos tres los interesados.
Las posiciones ideológicas y metodológicas del PCS-JCS y del PRS-ERP eran totalmente distintas, los primeros insistían (luego de varios fraudes electorales desde 1972) que la toma del poder sería mediante las elecciones. El PRS-ERP proponía una insurrección, pero claro con armas, por eso es que mantenía vivo y activo el ejército. Me parecía más correcto el camino del ERP y me entusiasmaba la idea de ingresar, pero desde fuera los veía muy pro-chinos y eso me preocupaba. Acepté el compás de espera que nos sugirió Carlitos.
El alguien que nos educaría era Jorge “El Bitle” García tenía bastante experiencia en el campo sindical, pero había “reventado” con el Partido Comunista unos años antes, y en el momento en que lo conocimos como nuestro instructor, no era militante de organización alguna. Jorge era un estudioso del marxismo, de la historia patria y era un excelente teórico, nos reunimos, Paty, César, Jorge y yo y acordamos mantener esas citas semanalmente, en cada una se expondría un tema histórico o filosófico y nosotros teníamos libertad de preguntar, de cuestionar, de aprender.
Un buen día el “Bitle” nos dijo que Carlitos le había ordenado nos conectara con la Juventud Comunista, a mí me pareció extraño porque habíamos acordado que cada uno de nosotros tres decidiría si iba al ERP o a la JCS. Ese fue el último día que nos reunimos y quedamos que en la siguiente reunión estaría hecho el contacto con la juventud.
Para el primer contacto llegamos al punto acordado, saludamos y nos dijeron “ustedes (César y yo) se quedan y la compañera (Paty) que siga hasta aquel arbolito, allí estaba otra persona esperando por ella, porque va para otro organismo”.
Nos explicaron que los organismos se llamaban Células porque se multiplicaban mediante la división de sí misma, igual que nosotros, cada uno debía proyectarse para conquistar otras cinco personas y convertirnos, en responsables de un organismo; cada uno debía buscar al menos tres locales en los que nos pudiéramos reunir con ciertas condiciones de seguridad mínimas (incluyendo ruta de escape); todos deberíamos utilizar seudónimo y en actividades del partido, aun cuando estemos enmascarados; por ser estudiantes únicamente pagaríamos un colón mensual; los materiales que utilizaríamos para ejecutar cada tarea que nos encomendara, sería por nuestra cuenta; que siempre leeríamos algo y hoy había que comprar el primer folleto que se llamaba “La Célula” y costaba 1 colón.
Que la célula contaría con dos compañeros más: El chino Alex y Oswaldo, quedando Líber como responsable, por tanto él conocía al siguiente en la línea de mando (hacia arriba) nadie más; que la compartimentación era importante y que una violación a la misma podría ser castigada severamente con la expulsión, por tanto no había que andar de curioso preguntando lo que no interesaba; que nos íbamos a reunir una vez a la semana. Cuando leí por primera vez el poema de Roque Dalton: “Buscándome líos”, me causó gracia, porque caí en cuenta que en tantos años, el partido no había cambiado mucho.
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