domingo, 16 de noviembre de 2008

¿Y no por eso hemos estado peleando pues?

En "Historias prohibidas del Pulgarcito", Roque Dalton monta un diálogo entre ciudadanos comunes y estudiantes universitarios que investigan qué es lo que saben los salvadoreños sobre los hechos de 1932.Los estudiantes preguntan a una persona quien les responde algo asì como "Ah! cuando los comunistas mataron gente", el estudiante aclara "Entiendo que lo que pasó fue que se hizo una masacre de campesinos..." y de inmediato el ciudadano pregunta: "¿ustedes son comunistas de esos que le mientan pues?" ese diálogo es una pequeña muestra de lo que fue El Salvador previo al cambio de siglo: todo lo que fuera contrario a la historia oficial y a las reglas impuestas desde arriba era comunismo.

Y para mantener el statu quo, el poder económico crea y sostiene la dictadura militar, con las características de toda dictadura: torturas, desapariciones forzadas, asesinatos incluidas masacres y asís nos hicieron entender que eso era lo normal.

Muchos salvadoreños aceptaron la dictadura con sentimiento de derrota: "No se puede hacer nada". Otros, buscaron alternativas y crearon instrumentos que permitieron su derrota y la creación de la democracia posible: la que los salvadoreños exigimos y por ello merecemos.

Pero la historia no se detiene, sus protagonistas, los pueblos inmersos en su realidad van creándola a costa de muchos sacrificios, la felicidad nunca ha sido gratis. Así ha sido la historia de la humanidad, tropezones que han alimentado la experiencia y errores que han enriquecido el conocimiento.

Ahora resulta que el G20, que incluye a los paìses más poderosos de la tierra, han acordado en su reuniòn de emergencia en Washington: "promover la integridad ética de los mercados financieros y proteger a los consumidores, evitando los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos". ¿Será que ya se hicieron comunistas estos señores?

Porque esa nunca fue la historia oficial, ni eran las reglas dictadas desde arriba, eso es contrario a lo que nos han acostumbrado: al menos en El Salvador, los bancos hacen lo que les ronca la gana tienen el dinero suficiente para obtener el poder necesario y garantizar que nadie les toque o cambie sus políticas. Y hacer lo que les ronque la gana es eso: "lo que les ronque la gana". Ellos son actores y parte del mercado financiero mundial, ¿Y ahora van a tener integridad ética?.

En El Salvador para tener una Defensorìa del consumidor, fue necesario una guerra (la creaciòn de la Defensorìa del Consumidor es parte de los Acuerdo de Paz puede obtener una copia de tales acuerdos en pdf aquì sería bueno que cada salvadoreña mantuviera siempre a mano una copia de la Constitución de la República y una copia de los Acuerdos de Paz).

Y para finalizar, sólo con este acuerdo (El Diario de Hoy escribe que la declaraciòn final contiene 10 páginas), van a buscar evitar "los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos". ¿Se imaginan eso en El Salvador? (saliéndonos ya del campo finaciero) ya los polìticos no podrán comprar manzanas de tierra municipales baratas aprovechando que el alcalde es de su mismo partido político o, una poderosa familia comprar la mayor cantidad de terrenos que rodean una obra de impacto internacional o un grupo de gentes, cercana a los políticos comprar a 5 lo que venderán en 40 o más porque ellos supieron antes que los pobres propietarios originnles que sus tierras quedaban en el área que se desarrollará una gran obra de gobierno.

Al final el hombre deberá volver a su origen: jamás debió olvidar que somos hermanos, que nos debemos respeto y que la solidaridad no es evento para aparecer en los periódicos, es un acción del vivir diario

Al final, las cosas que se van a hacer son las que siempre debieron haberse hecho, por ellas han muerto cientos de miles de personas en el mundo, simplemente por volver ética y justa las relaciones entre los hombres.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Si la UES es un espejo de la realidad nacional...

Yo aprendí que la Ucita, la querida Universidad de El Salvador, es un microcosmos espejo de la realidad nacional, si así fuera: ¿Será que estamos viendo en la actualidad lo que viene luego de las elecciones, en caso ganen los que se oponen a la inteligencia?

La UES fue bien dirigida por la doctora Isabel Rodrìguez pero luego que finaliza su perìodo, no hubo seguimiento en su obra y fue sucedida por "la gente menos capaz de la Universidad" esa afirmación se evidencia hoy que la Universidad está en problemas. Afortunadamente aún existen verdaderos profesionales y estudiantes dentro de la U, los que se la juegan por hacer que las cosas caminen se puede ver (casi al final) de esta nota en "El Faro": Ingenierìa (docentes y estudiantes) vencen en la práctica a la irracionalidad, desenmascarándola, mientras los dirigentes (rector y comparsas) llegan sólo para salir en la foto.

La Universidad deberá ir cambiando y será gracias a los que se la juegan día a día, no a los que muestran la veracidad de aquella vieja frase: "El que nunca tuvo y llega a tener, loco se puede volver".

jueves, 13 de noviembre de 2008

Y van para arriba los intereses sobre préstamos...

Tengo un prestamo bancario y me cobran mensualmente 12 dólares en concepto de gastos administrativos, a esto se suman las cantidades normales de intereses, capital y seguros

En Estados Unidos bajan los intereses como resultado de la crisis

Aquí nos dijeron que la dolarización nos ayudaría a sobrevivir la crisis y que eso permitiría que los intereses no crecieran porque los bancos tenían dólares de sobra con los millones que ingresan en concepto de remesas,remesas creadas con el sudor de los cientos de miles de hermanos lejanos que día a día, se rebuscan en el Norte para darle de comer a sus familiares.

En los Estados Unidos, el interés se mantuvo bajando.

Pero en El Salvador, los intereses suben y es porque ahora resulta que lo que nos dijeron antes era mentira y hoy, que la crisis estalló, los bancos sí tienen que prestar afuera.

Encima de todo, por los 12 dòlares que me cobran a mì y a todos los salvadoreños que tenemos prestamos, los bancos no pagan, ni pagaràn impuestos sobre esto teniendo una ganancia increíblemente enorme, sin embargo yo debo pagarles, al igual que los cientos de miles de salvadoreños que tienen préstamos, US$12.00 mensuales.

Eso únicamente demuestra que los bancos están "alivianados", porque me cobran al igual que a los cientos de miles de salvadoreños US$12 dólares mensuales que es un ingreso por el que no declaran impuestos; mientras se siguen cebando con las ganancias que les provocan las remeses que nuestros hermanos lejanos envìan a sus familiares.

Es decir: ganan con los salvadoreños que todavía no nos hemos corrido y con todos aquellos a quienes el hambre y la injusticia del Estado, los llevò a correr hacia fuentes de trabajo que permitan alimentar a su familia.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

¡Qué Ministro de Salud!

“El que falten medicamentos y otras cosas, siempre sucede todo el año”, Frase dicha por el Ministro de Salud Pública de El Salvador, en declaraciones a La Prensa Gráfica y para poner la cereza al pastel de esta dura realidad afirma que “Lo único que podemos hacer nosotros es volver a tocar las puertas a Hacienda, porque hasta allí podemos llegar y nos queda otro camino. Ya no tenemos ningún refuerzo, estamos viendo como hacemos”
.
O sea que si el Ministerio de Hacienda no existiera, no haría nada, no fue capaz de preveer, talvez sea que, como bien dice, las carencias son comunes, habituales, ¿qué sentido tiene preocuparse? Lo importante al final es que el cobrará su salario, seguirá ocupando su lujosa oficina y su negocio seguirá creciendo.

Imagino que tiene esa calma porque sabe que Dios quiere al Bloom, que no abandona a sus pequeños, lo que no debe olvidar el ministro es que Dios tampoco olvidará a aquellos que sí los abandonaron y les hicieron padecer hambre y necesidades, como ya está sucediendo en el Bloom.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Casi medio siglo de vida

Tengo casi 50 años. En breve cumpliré los 49 y la vida me ha enseñado que un año no es nada en el tiempo, no me siento viejo para nada, pienso que la vida ha pasado volada y que a duras penas me he dado cuenta de ello. Al ver hacia atrás, me pregunto si ha valido la pena estar en este mundo.

Siempre he pensado que estas aquì no de casualidad y que algo tenes que hacer, algunos le llaman tu misión, al menos los católicos (de verdad) que he conocido así le llaman y te motivan a cumplirla.

Yo pienso ¿Qué pasará cuando frente al mero mero, surja la interrogante: que hiciste con tus talentos?

La muerte no me quita el sueño, hace bastante rato la acepté como el premio por haber vivido, hay que esperarlo como tal, hay que aceptarlo como tal y vivirlo como tal.

La vida ha sido un arduo aprendizaje, vivir no es fácil y menos en las condiciones en las que opté hacerlo. Errores hay muchos,y eso es experiencia, ganada a sangre y fuego, sin poética. Pero a veces, cuando pienso si esa experiencia ha sido bien utilizada, tengo dudas. He tratado de ser derecho, pero nadie es puro, eso es claro.

Sin embargo creo que no tengo mucho de que avergonzarme, nunca he aceptado dinero que no fuera ganado con mi esfuerzo, ni en las noches más oscuras de la acabazón que durante tanto tiempo me rodeo, ni el pretexto de la cobertura me hiciero aceptar dinero no ganado por mi sudor.

He conocido mucha gente, mucha gente maravillosa y también de la otra, pero he aprendido que de éstos últimos es desperdicio hablar, no valen la pena. Los primeros por el contrario te marcan, te dejan huella, te acompañan y te enseñan con su ejemplo, con su vida, y de esos han habido muchos: ateos y creyentes; jóvenes y ancianos; hombres y mujeres, cada uno valioso, cada uno único

Pienso que para mi cumpleaños voy a caminar Santa Ana, la voy a caminar sin rumbo, sólo por el gusto de caminarla, me gustaría volver a las zonas, calles en las que anduve caminando de noche, madrugada, día... las calles que más de alguna vez me vieron derramar lágrimas por un hermano, las que más de una vez me vieron disimular el miedo, de aquellas en las que muchas veces sentí el escalofrío de hoy si la regamos y nos tocó. De ese pueblo que siempre me gusta recordarlo como lo describe Claribel Alegría en "Cenizas de Izalco".

A lo mejor, volviendo sobre mis propios pasos encuentre respuesta a las interrogantes que tengo ahora que me acerco al medio siglo de vida.