En "Historias prohibidas del Pulgarcito", Roque Dalton monta un diálogo entre ciudadanos comunes y estudiantes universitarios que investigan qué es lo que saben los salvadoreños sobre los hechos de 1932.Los estudiantes preguntan a una persona quien les responde algo asì como "Ah! cuando los comunistas mataron gente", el estudiante aclara "Entiendo que lo que pasó fue que se hizo una masacre de campesinos..." y de inmediato el ciudadano pregunta: "¿ustedes son comunistas de esos que le mientan pues?" ese diálogo es una pequeña muestra de lo que fue El Salvador previo al cambio de siglo: todo lo que fuera contrario a la historia oficial y a las reglas impuestas desde arriba era comunismo.
Y para mantener el statu quo, el poder económico crea y sostiene la dictadura militar, con las características de toda dictadura: torturas, desapariciones forzadas, asesinatos incluidas masacres y asís nos hicieron entender que eso era lo normal.
Muchos salvadoreños aceptaron la dictadura con sentimiento de derrota: "No se puede hacer nada". Otros, buscaron alternativas y crearon instrumentos que permitieron su derrota y la creación de la democracia posible: la que los salvadoreños exigimos y por ello merecemos.
Pero la historia no se detiene, sus protagonistas, los pueblos inmersos en su realidad van creándola a costa de muchos sacrificios, la felicidad nunca ha sido gratis. Así ha sido la historia de la humanidad, tropezones que han alimentado la experiencia y errores que han enriquecido el conocimiento.
Ahora resulta que el G20, que incluye a los paìses más poderosos de la tierra, han acordado en su reuniòn de emergencia en Washington: "promover la integridad ética de los mercados financieros y proteger a los consumidores, evitando los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos". ¿Será que ya se hicieron comunistas estos señores?
Porque esa nunca fue la historia oficial, ni eran las reglas dictadas desde arriba, eso es contrario a lo que nos han acostumbrado: al menos en El Salvador, los bancos hacen lo que les ronca la gana tienen el dinero suficiente para obtener el poder necesario y garantizar que nadie les toque o cambie sus políticas. Y hacer lo que les ronque la gana es eso: "lo que les ronque la gana". Ellos son actores y parte del mercado financiero mundial, ¿Y ahora van a tener integridad ética?.
En El Salvador para tener una Defensorìa del consumidor, fue necesario una guerra (la creaciòn de la Defensorìa del Consumidor es parte de los Acuerdo de Paz puede obtener una copia de tales acuerdos en pdf aquì sería bueno que cada salvadoreña mantuviera siempre a mano una copia de la Constitución de la República y una copia de los Acuerdos de Paz).
Y para finalizar, sólo con este acuerdo (El Diario de Hoy escribe que la declaraciòn final contiene 10 páginas), van a buscar evitar "los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos". ¿Se imaginan eso en El Salvador? (saliéndonos ya del campo finaciero) ya los polìticos no podrán comprar manzanas de tierra municipales baratas aprovechando que el alcalde es de su mismo partido político o, una poderosa familia comprar la mayor cantidad de terrenos que rodean una obra de impacto internacional o un grupo de gentes, cercana a los políticos comprar a 5 lo que venderán en 40 o más porque ellos supieron antes que los pobres propietarios originnles que sus tierras quedaban en el área que se desarrollará una gran obra de gobierno.
Al final el hombre deberá volver a su origen: jamás debió olvidar que somos hermanos, que nos debemos respeto y que la solidaridad no es evento para aparecer en los periódicos, es un acción del vivir diario
Al final, las cosas que se van a hacer son las que siempre debieron haberse hecho, por ellas han muerto cientos de miles de personas en el mundo, simplemente por volver ética y justa las relaciones entre los hombres.
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