sábado, 11 de febrero de 2012

Descanse en paz Whitney Houston


Ha muerto Whitney Houston.

Yo lamenté mucho cuando supe que había caído en drogas, no solo porque era una vida más que se desperdiciaba, sino porque era una bellísima voz, un sentimiento enorme en su música (al menos en la que conocí) y bueno, al final una victoria más de los señores de la droga.

Yo le recordaré por dos canciones: una en solitario, “The greatest love of all” (El amor más grande de todos) y la segunda acompañada “That´s for friends are for” (Para eso son los amigos).

La primera, “The greatest love of all” es una canción que me hacía pensar siempre en los bichos mareros y pensaba en lo fácil que sería evitar que otros les siguieran si entendiéramos que el futuro se construye hoy, con lo que compartimos con los niños propios y ajenos, con lo que aprenden de nosotros: violencia en el estadio, irresponsabilidad de diputados que cobran y no trabajan; no les dejamos descubrir la belleza que llevan dentro, les rechazamos, etiquetamos, sólo porque no actúan como deseamos que lo hagan, olvidando que son seres humanos diferentes a nosotros. Otro sería El Salvador, si creyéramos, no en poesía, sino en nuestro actuar diario, que los niños son el futuro y que nuestra responsabilidad es enseñarles bien y luego confiar en que “la harán en la vida”, sin supervisión, sin músculos que los repriman, simplemente los dejáramos volar, porque les enseñamos el respeto irrestricto a la vida, la solidaridad, la ternura que existe en la hermandad y el amor por los demás. Es decir si fuéramos capaces de enseñarles con nuestras acciones dos cosas: el respeto a la vida y el amor a los demás como a sí mismos.

La segunda, aunque entiendo que no fue una canción que ella grabara en primera, si alguna vez la escuché con ella y Dionne Warwick. Entiendo que originalmente la canción la cantan: Dionne Warwick, Elton John, Gladys Knight y Stevie Wonder, pero siempre la asocié con Whitney, porque imagine que sus amigos (sus verdaderos amigos) se quedaron a su lado tendiéndole la mano para ayudarle a levantarse. Y es que uno nunca sabe cuánto va a agradecer a sus amigos, no a deber, porque los amigos jamás te cobran, no importa si es que sólo te invitan a una paleta o guarden silencio para protegerte a costa de sus vida.

Whitney Houston ha muerto, como lo haremos cada uno de nosotros, y yo la recordaré no por “El Guardaespaldas”, que habrá sido una romántica y a lo mejor bonita película (nunca la he visto completa), sino por El amor más grande del mundo y Para eso son los amigos.

Descanse en paz Whitney Houston.




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