La iglesia Católica ha avalado los textos de Educación Sexual en las escuelas. ¿Y? La realidad es que cada día muchas adolescentes dan vida a nuevos ciudadanos que, por la tierna edad de sus madres (generalmente solas), tiene mayor riesgo de permanecer en pobreza. La educación sexual debería impartirse no sólo en las escuelas, sino (y sobre todo) en los hogares ¿pero cómo hacerlo, si los padres son más ignorantes que sus hijos? Allí debería verse el papel de la iglesia para educar mediante las homilías dominicales a todos aquellos que asisten a Misa, la Iglesia Católica debería hacer un mejor esfuerzo, coordinado, amplio, sistemático para educar a los padres.
El Estado también tiene deuda, al menos en dos crìmenes en los últimos años (muy sonados), los asesinados habían mantenido relaciones sexuales con menores de edad, el Estado tiene que preocuparse, porque si bien los asesinos deben ser castigados, ¿quien protege a los menores que fueron victimizados o prostituidos por los fallecidos? (y esto lo escribo con todo respeto para los fallecidos y sus familiares), ¿Acaso esto también no es delito? ¡Cuántos casos más pueden existir, en tanto las autoridades miran distraidamente hacia otro lado sin intervenir, por los apellidos y/o posiciones sociales o políticas de quienes prostituyen a menores.
¿Es posible esperar que estos menores crezcan con madurez y sin secuelas en su vida sexual futura?
Los contìnuos delitos sexuales, e incluso la violencia intrafamiliar exigen un esfuerzo serio y sistemático sobre la educación sexual, pero ojo, debe ser un esfuerzo serio y sistemático, no de conveniencia por la ayuda que se ha recibido y que obliga a "hacer algo", cualquier cosa con tal de cumplir un compromiso firmado como gobierno.
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