domingo, 12 de febrero de 2012

El Polígono Industrial Don Bosco,
y la muerte que quieren darle

- A los 11 años quedé solo y no sabía que hacer, no sabía hablar con la gente, no sabía, yo no supe…
- ¿Perdiste a tu madre a los 11 años?
- No, yo salí a buscar dinero porque estábamos muy mal. Hasta los 14 años yo no fui a una escuela a aprender a leer y escribir, yo no supe leer y escribir hasta una edad que la gente de mi edad ya iba a la escuela secundaria, o no se como le llaman ustedes
- Si, si, si
- Trabajé, vagué mucho por allí, era un hombre violento, un muchacho violente, era un delincuente, varios robos, quemé varios negocios incluso dos escuelas
- Ja, ja, pero porqué
- Si, era un chico tremendamente…
- Un chico tremendo
- Estaba enojadísimo con la sociedad
- Ah sí!
- hoy lo ves con los muchachos, se compran la moto y salen a romperle la tranquilidad a cualquiera
- Y estabas enojado nada más porque sí o porqué te estaba pasando algo…
- Porque no entendía que pasaba con la vida, me sentía fuera de este partido, no sentía, no me sentía, no sentía que podía participa y me dieron una… maravillosa para mí, fui a una cárcel de menores, tenía que hacer cuatro años, a los tres años me escapé, pero, en la cárcel aprendí a leer y escribir, encontré cosas maravillosas desde Neruda a Schopenhauer, Me refugié en la biblioteca… cuando salí ya sabía leer y escribir y a los 17 años cuando me escape tuve una cosa maravillosa empiezo a entender que la soledad es un maestro porque conozco, llego al cristianismo por un señor vagabundo que en una playa argentina que tal vez conozcas Mar de Ajó, me hizo conocer el sermón de la montaña y cambió mi vida y de allí en mas la soledad fue una compañero y un maestro, nunca fue una tortura y empecé a ser un hombre normal no volví a lastimar a nadie, no le prendí fuego a ningún automóvil


A lo mejor libros y un método de absorción podría salvar a los chicos que todavía no han llegado a la zona de no retorno, este país necesitas más Josés Moratayas, que creen otros Polígonos Don Bosco de la nada; yo no conozco a intimidad el proyecto, pero conozco a un joven que es parte del proyecto y ahora tiene una familia y sus hijos estudian en colegio salesiano, él es empresario y me parece que tiene fondos suficientes para vivir decentemente. Viene del polígono, allí se formó en el Instituto Técnico Obrero Empresarial (ITOE), ese mismo que erigiera Pepe donde antes había un enorme basurero.

Si se repitiera la historia de este chico más seguido, tendríamos más empresarios en las calles, en lugar de mareros. Pero este país le niega a los jóvenes la oportunidad que tuvo quien inicia narrando la historia de este Post. Y en esa negación perdemos, como sociedad, la oportunidad de descubrir a muchos genios técnicos, artísticos, en fin, gente que mañana sin duda llegaríamos a admirar, como lo hicimos en su momento con Facundo Cabral, quien es el que narra su historia al principio de este Post.




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