domingo, 11 de marzo de 2012

Voto residencian en Santa Tecla

Bueno ya fui a votar y sorpresa, mi hijo también votó. A última hora decidió votar.

Hemos caminado como hace ratos no lo hacía, porque como todos los centros de votación están cerca era de andar a pie, no en bus, aunque para subir la cuesta de la colonia hasta el parque en el que me tocaba votar, afortunadamente venía un busito que estaba trasladando votantes hacia Antiguo y Nuevo Cuscatlán y pues lo aprovechamos.

Que es lo que me ha parecido diferente en este día, aparte de que es una oportunidad para expresar mi posición respecto a los partidos con los que no simpatizo y con aquellos que alguna vez simpaticé, me permitió saludar a mucha gente, y aquí caigo en cuenta de algo que no había evaluado: el voto residencial podría ser un método educativo valiosísimo, porque miras a gente conocida, amigos, vecinos, con colores de todos los partidos y sería una forma de entender que todos los partidos tienen, entre sus simpatizantes, gente buena y decentes, además de los ya conocidos.

Uno conoce a muchas de las personas que viven a su alrededor, haberlos visto hoy con colores que nunca han sido y probablemente nunca serán nuestros, no nos hace cambiar nada en nuestras relaciones, no seremos tan estúpidos de ignorar su cercanía, construida durante tantos años, por una camiseta o por las diferencias políticas que existan. En todo caso la discusión seguramente será más rica. Y claro esperamos lo mismos de ellos y ellas.

Creo que si quitamos a los enfermos, que en todos lados existen, a los fanáticos enfermos, ignorantes, ahistóricos y seguidores del culto a la personalidad, este proceso de Voto residencial puede llegar a ser un valioso elemento educativo en El Salvador, para que entendamos que la política tiene en su centro las diferencias y que son, precisamente esas diferencias, la que la enriquecen.



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