Dicen que de los arrepentidos es el reino de los cielos… A lo mejor… Yo creo que el arrepentimiento lleva inherente la frustración de haber fallado, de no haber hecho bien las cosas, de haber incumplido metas, equivocado el camino… claro cuando el arrepentimiento es honesto, cuando, como dicen los católicos, es un verdadero examen de conciencia y el compromiso de no volver a caer en pecado o, como decían los marxistas (de antes), una autocrítica…
Pero cuando el arrepentimiento es producto del temor, consecuencia de que hoy quieren hacer lo mismo que yo, porque en el pasado fui incapaz de hacer cosas buenas y correctas por cobardía, comodidad o descarada conveniencia, eso es otra cosa.
ARENA ve con temor como el partido FMLN busca avanzar en la misma ruta que ellos llevaban: adueñarse del poder y del Estado y convertirlo en su propiedad, aprovecharse de las bondades de la democracia para instaurar su propia dictadura… hoy que eso sucede, a lo mejor dentro de ARENA uno que otro se arrepiente:
Porque pudo haber hecho que la Corte Suprema de Justicia fuera un lugar en el que la justicia resplandeciera, los corruptos fueran la excepción y la justicia se aplicara con imparcialidad… pero no lo hizo. Hoy hay cuatro caballeros con valor y decencia que están haciendo lo que nunca antes se había visto en este país: actuar como verdaderos jueces.
Porque pudo haber hecho que el Tribunal Supremo Electoral se convirtiera en un ente garante de la democracia, respetuoso de los resultados y con la solvencia moral suficiente para imponer orden durante los procesos electorales.
Porque pudo haber evitado la compra-venta de voluntades, los chantajes políticos, los continuos cambios de camisetas e ideologías, a cambio de favores y dinero en la “casa del pueblo”.
Porque pudo haber formado y desarrollado una verdadera Corte de Cuentas que fuera el supervisor, el auditor, el contralor de la gestión pública, en lugar de canjearla a cambio de mano libre para la corrupción y beneficios para el Gran Ciro.
Porque pudo haber puesto en cintura a quienes fueron sus líderes, para que se pusieran a servir, en lugar de servirse, en lugar de aprovecharse y aprovechar el Estado para sus propios negocios, para crecer sus empresas, para volverse millonarios en cinco años, sin haber hecho mayor esfuerzo.
Porque pudo haber manejado las finanzas pública con honradez. Es decir, pudo haber sido un partido político decente.
Porque pudo educar a los ciudadanos salvadoreños, hombres y mujeres, para que exigieran cuentas a sus gobernantes.
Porque pudo haber educado a los jóvenes y niños en la escuela que el presidente es el primer servidor público y que responde a la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, por tanto tiene que entregar cuentas claras.
Porque pudo quitar del salvadoreño común, el viejo concepto de que “cómo el Presidente es el “hombre” tiene derecho a hacer y deshacer”. Pudo haber educado a los niños y jóvenes para que entendieran que el “hombre” no era más que un trabajador contratado por cinco años para que desarrollar un “Plan de Gobierno” que era el que el partido político había propuesto y por el que la gente eligió, y que si se alejaba de ese proyecto o plan, se traicionaba a sí mismo y los seres decentes no hacen eso.
Hoy ARENA, rasga vestiduras y llora… y tienen razón, porque lo que tiene enfrente son “comunistas con dinero” (¿y eso como se come?)… que aprendieron las mañas y han salido excelentes alumnos.
Hoy ARENA llora, porque pudo haber hecho un El Salvador diferente si hubieran escuchado a su líder de que primero, segundo y tercero era la patria. Porque la patria sería diferente, si el nacionalismo les hubiera llegado al corazón en lugar de finalizar donde les empezaba el bolsillo…
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