sábado, 17 de abril de 2010

¿Realmente fue la burocracia?


La deventaja de escribir para un periódico es que se hace día a día con la prisa de las horas de cierre y la atosigadera del editor que exige y exige el trabajo sin dar mucho tiempo a pensar.

No conozco a la periodista Loida Martínez, pero estoy seguro que con unas horas más habría podido hacer un excelente trabajo de investigación que lleve al análisis de porqué ciertas medicinas no están en el cuadro básico de medicamentos del más importante hospital nacional y porqué el análisis para autorizar la compra de otras tiene que salir de un hospital y hacer un recorrido tan largo para finalmente no ser aprobado.

La salud de los ciudadanos salvadoreños y las ciudadanas salvadoreñas está en manos de funcionarios que no saben absolutamente nada de medicina, que serán muy buenos economistas, abogados, administradores de empresas y qué se yo que otro cientos de actividades académicas, pero no son médicos.

Yo por eso sigo pensando que a mí si me sirve que el presidente Funes meta en la cárcel a los malacates de antes y de ahora; estoy seguro que también le habría sido útil a Yesenia Lino Paredes, quien falleció a los 16 años, por no tener 7 mil dólares y ser ciudadana de un Estado que es incapaz de proveer 15 mil dólares en medicinas para ella, pero permite a la clase política tener gastos superiores a eso en vehículos, gasolina, seguridad, alimentación, viáticos y otros "gastos".

Porque siendo realistas meter en la cárcel a los corruptos es reducir la impunidad en los políticos a los que les encargamos la administración de los fondos públicos, comunes a todos y otorgados por todos los que pagamos impuestos, y reducir esa impunidad es tener más fondos para evitar que el endeudamiento siga creciendo con las consecuenicas que estamos teniendo.

Con todo respeto, le insisto señor presidente: Elimine la partida secreta y meta a la cárcel a los malacates.

No hay comentarios: