sábado, 24 de abril de 2010
Primero de Mayo
Escucho la canción de Sabina y recuerdo una fecha especial. Talvez fue 1979 en Santa Ana, me alegró mucho porque me dijeron que iba en la marcha (serìa la primera de primero de mayo en la que estarìa), pero el mero día me enviaron a otro lado y me tocó nada más verla pasar.
La letra es:
Recuperar de nuevo los nombres de las cosas
llamarle pan al pan, vino, llamarle al vino
al sobaco, sobaco, miserable al destino
y al que mata llamarle de una vez asesino.
Nos lo robaron todo, las palabras, el sexo
los nombres entrañables del amor y los cuerpos
la gloria de estar vivos, la crítica, la historia
pero no consiguieron robarnos la memoria.
Ellos tienen también cuerpo bajo la ropa
piernas, uñas, sudor, vientre, mocos, colmillos
manos que no acarician, dedos que no se tocan
sólo saben firmar y apretar el gatillo.
Nosotros que queríamos vivir sencillamente
hermanos de la lluvia, del mar, de los amigos
pronunciar la palabras que vencen a la muerte
buscar bajo tu falda alimento y abrigo.
Nosotros que queríamos nombrar las amapolas
decir viento, amanece, rabia, fuego, decir
que si tú tienes costa mi lengua es una ola
nosotros que queríamos simplemente vivir.
Nos vimos arrojados a éste combate oscuro
sin armas que oponer al acoso enemigo
mas que el dulce lenguaje de los cuerpos desnudos
y saber que muy pronto va a desbordarse el trigo
y saber que muy pronto va a desbordarse el trigo.
jueves, 22 de abril de 2010
SIP = Sociedad Interamericana de Propietarios
No es pecado que los propietarios de los medios de comunicaciòn de América Latina se asocien y defiendan sus intereses, lo que me parece abusivo es que en defensa de sus intereses se vuelvan propietarios de la "Libertad de Expresión".
sábado, 17 de abril de 2010
¿Realmente fue la burocracia?
La deventaja de escribir para un periódico es que se hace día a día con la prisa de las horas de cierre y la atosigadera del editor que exige y exige el trabajo sin dar mucho tiempo a pensar.
No conozco a la periodista Loida Martínez, pero estoy seguro que con unas horas más habría podido hacer un excelente trabajo de investigación que lleve al análisis de porqué ciertas medicinas no están en el cuadro básico de medicamentos del más importante hospital nacional y porqué el análisis para autorizar la compra de otras tiene que salir de un hospital y hacer un recorrido tan largo para finalmente no ser aprobado.
La salud de los ciudadanos salvadoreños y las ciudadanas salvadoreñas está en manos de funcionarios que no saben absolutamente nada de medicina, que serán muy buenos economistas, abogados, administradores de empresas y qué se yo que otro cientos de actividades académicas, pero no son médicos.
Yo por eso sigo pensando que a mí si me sirve que el presidente Funes meta en la cárcel a los malacates de antes y de ahora; estoy seguro que también le habría sido útil a Yesenia Lino Paredes, quien falleció a los 16 años, por no tener 7 mil dólares y ser ciudadana de un Estado que es incapaz de proveer 15 mil dólares en medicinas para ella, pero permite a la clase política tener gastos superiores a eso en vehículos, gasolina, seguridad, alimentación, viáticos y otros "gastos".
Porque siendo realistas meter en la cárcel a los corruptos es reducir la impunidad en los políticos a los que les encargamos la administración de los fondos públicos, comunes a todos y otorgados por todos los que pagamos impuestos, y reducir esa impunidad es tener más fondos para evitar que el endeudamiento siga creciendo con las consecuenicas que estamos teniendo.
Con todo respeto, le insisto señor presidente: Elimine la partida secreta y meta a la cárcel a los malacates.
lunes, 5 de abril de 2010
La doble nacionalidad
¿Y usted alguna vez se ha preguntado, cuántas personas con doble nacionalidad están tomando decisiones que le afectan en su vida?
Y es que en El Salvador, hay muchos ciudadanos que emiten opinión en los medios de comunicación y que toman decisiones desde puestos de elección popular que tienen doble nacionalidad, es decir son salvadoreños pero además tienen otro pasaporte que los acredita como ciudadanos estadounidenses, canadienses, etc.
Esto no es pecado es más, algunos evidencian con sus actos el amor por El Salvador y los salvadoreños, pero hay muchos otros, cuyas acciones me hacen verles con desconfianza, porque pareciera que toman decisiones para su bienestar inmediato, total que si el paìs se va a pique, sacan su otro pasaporte de debajo de la almohada y se irán a su segunda patria, que seguramente siempe fue la primera.
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