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Solo como ilustración.
¿No la conoce? Se la escribo: Un investigador de la conducta tiene dos recipientes, uno “tapado” el otro no, adentro de ambos hay cangrejos. Un curioso pregunta, “¿Por qué estos están con tapadera y los otros no?”, responde el científico, “los tapados son japoneses, los otros salvadoreños”. Destapa el recipiente de cangrejos japoneses y de inmediato tres cangrejos se colocan para que otros dos suban sobre ellos y un tercero sobre los dos y así, cooperando buscan salir del recipiente. El científico tapa el recipiente nuevamente. Al asomarse al otro recipiente, el curioso ve que un cangrejo intenta subir y los otros se encargan de bajarlo para intentar subir ellos y así sucesivamente. “¿Lo ve?” pregunta el científico. “Esa es la razón: los japoneses trabajan en equipo, los salvadoreños son enemigos unos de otros”.
Por eso, pensándolo bien, la historia es una fotografía de la realidad. Un ejemplo: Hay una campaña: “los empleados públicos son huevones”, fue iniciada y alimentada desde las cuentas de algunos políticos y testaferros, esos que hoy les llaman troles y tienen la ventaja, en la red, de ser uno y parecer miles.
Esa campaña despierta en los demás salvadoreños la conversión del cangrejo, muchos de ellos, productos fieles del sistema educativo nacional, que en sus comentarios en red evidencian su capacidad para escribir cajón con “g” y seguir escribiendo sin notarlo porque la ortografía es una materia inexistentes en su cerebro, pero están convencidos que merecen el puesto que ocupa un “huevón” (total lo mismo van a hacer).
No acostumbro defender causas perdidas, la realidad es que más de algún haragán de primera, segunda y tercera existirá en la administración pública. También existen los enfermos mentales que por ser amigo de un “influyente” ministro o similar, se sienten herederos del reino de los cielos y creen, que siempre ocuparán esa posición, eso les ocurre porque su anatomía cambió, el intestino grueso ocupa hoy por hoy el lugar del cerebro. Esos y esas piensan, que la prepotencia les permite obtener el respeto que jamás lograrían por sí mismos, olvidan que la posición que tienen es “para mientras” y que del golpe que reciban al caer, el intestino volverá a su lugar y ojalá no hayan perdido el cerebro, para de nuevo usarlo (si es que pueden).
Estos incapaces o inmaduros, botan el trabajo de muchos miles que existen en todas las oficinas de gobierno y, que sienten el compromiso del trabajo diario en beneficio del verdadero cliente, que es el ciudadano que hace la cola para resolver cualquier trámite de gobierno. Esos miles que día a día buscan ser innovadores, creativos, sistemáticos, ordenados, responsables y chocan, en más de una ocasión, con jefaturas como las descritas en el párrafo anterior.
Como sea, el objetivo de estas líneas es decirles a quienes han lanzado esa campaña desde las redes que deben asumir responsabilidad de la violencia futura, porque esa campaña se suma a más de 30 años de frustración ante la falta de solución a los problemas existentes, el incremento de la deuda pública que obliga a reducir los fondos para salud, educación, seguridad; las pensiones de hambre que se pagan gracias al robo de los gobiernos sobre los fondos particulares de pensión; la incapacidad de generar empleos y los compromisos adquiridos recientemente que sin duda, incluyen la reducción del Estado, aumentando el desempleo. Ese cóctel señores en campaña, lo único que permite predecir es violencia diaria en la calle, en los autobuses, en las casas y en las instituciones públicas, como ya se empieza a ver, y ustedes, son co responsables de ella.
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