domingo, 2 de junio de 2013

Cuatro años...



Cuatro años, que para disgusto de muchos, no han sido total fracaso, a mi parecer tampoco fueron la apuesta de una izquierda (como era fácil identificarla antes) que por muchos años tuvo entre sus filas a los salvadoreños más sacrificados, a los más leales, a los que soportaron represión, tortura, muerte y quizás lo más duro, desapariciones forzadas.

Pero eso es normal, porque esa izquierda prácticamente ha desaparecido. Luego de la firma de los acuerdos, la dirección definió el pleito que por años estuvo contenido y los más "vivos" se quedaron con la marca.

A lo mejor estoy equivocado, pero a mi parecer la apuesta que garantizaría el progreso del país y su población era la educación. Comprendo la alegría de quienes reciben calzado y uniformes. Sin duda, esto lleva respiración a las quebradas economías hogareñas. Pero no era la única ni más importante apuesta, la que valía la pena era asegurar, garantizar a los pobres la calidad educativa de sus hijos.

Seguimos, a cuatro años de iniciado este gobierno, "produciendo" bachilleres que luego de cinco años de recibir Idioma Inglés como materia, durante el tecer ciclo (séptimo, octavo y noveno grado) y el bachillerato (primero y segundo años) apenas mantienen un saludo básico en ese idioma. Jóvenes con pobre razonamiento, con tristes resultados en matemáticas, con conocimiento superficial sobre las herramientas informáticas. Seguimos teniendo jóvenes, con gran habilidad para utilizar los mini teclados de los teléfonos, consumidores de productos sin el menor intento creativo de generar programas de juegos o cualquier otro en los móviles. Seguimos produciendo profesionales con pésima ortografía y peor redacción. Seguimos sin apostarle a la calidad en la producción estatal o privada.

En resumen: seguimos sin apostarle al futuro en serio.

A mi parecer, esto es imperdonable en un gobierno de izquierda.

Sin duda, son cuatro años de muchos logros que, demás esta decir, no solo se deben al ejecutivo, y menos a una sola persona (sin importar cuan encumbrado o autencumbrado esté). A mi parecer y con todo el respeto para los que desde el equipo de gobierno han demostrado compromiso, honradez, transparencia (que los hay) sigo pensando que se desperdició la oportunidad de iniciar un verdadero cambio en este país, desde abajo, desde los pobres, especialmente desde los jóvenes pobres, sin duda, los "viejos del partido" (como se les llamaba antes con respeto y ahora lo hago solo por la edad que representan) empiezan a darse cuenta que la gente que piensa es peligrosa, como antes lo fueron aquellos jóvenes y viejos que integraron la izquierda que por muchos años tuvo entre sus filas a los más sacrificados, a los más leales a los que soportaron desapariciones, represión, tortura...



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