lunes, 29 de julio de 2024

Demasiado tarde...


Los resultados en Venezuela, eran predecibles.

Más allá de que algunos a nivel personal tuviera el deseo de que la democracia respirara nuevamente, la historia demuestra que eso es muy difícil en regímenes en los que sus "líderes" son "propietarios" de todos los órganos e instituciones del Estado.

En las décadas pasadas (anteriores al año 2000), lo común era que un régimen se volviera fuerte mediante golpe de Estado o revolución. La toma del poder total por la fuerza. Actualmente, los dictadores se construyen a paso lento pero firme, con paciencia y aprovechan hábilmente las incapacidades de la población, Venezuela inició ese camino en 2007 con la reelección de Chávez.

Al final estos regímenes son producto de las injusticias pasadas recientes y de la ignorancia de buena parte de la población gracias a una educación oficial conscientemente deficiente y a la falta de atención a las necesidades básicas de esa misma población. De allí que las primeras víctimas de estos regímenes (los políticos), son los mismos que lo causaron.

Sus siguientes víctimas son quienes les apoyaron, pensando en que un cambio para su beneficio había arribado. Es falso que vayan a cambiar las cosas, la corrupción, el compadrazgo sigue viento en popa, el abandono de los servicios básicos se incrementa, la educación sigue (conscientemente) deficiente y la vida es cada día más difícil, especialmente para los más pobres, los menos educados, los que apoyaron ciegamente al nuevo "líder" para que asumiera el control total de las instituciones oficiales, partiendo del supuesto de que esto era indispensable para hacer avanzar el "proceso" que impulsaba para bien de toda la población.

Venezuela hoy es producto del abandono eterno de la mayoría de ciudadanos por los políticos y sus partidos políticos tradicionales. Eso hizo que un Chávez generoso, hábil y esperanzador se colocara al frente de lo que llamó una revolución. Esa misma "revolución" que hoy, ante su fracaso, expulsa a diario venezolanos para que busquen trabajo y alimento, es decir, vida, en otras latitudes.

Lo que pasa en Venezuela, pasa en Cuba, Nicaragua y otros lugares más cercanos a nosotros: regímenes que muchos ciudadanos, han apoyado ciegamente, por su falta de educación formal, política, social, convencidos de que llegó el enviado de Dios para salvar su futuro.

Es lógico considerando que muchos de estos regímenes (exceptuando Cuba) acuden a un ser supremo llamado dios para autonombrarse sus enviados y así, aprovechar la magia en el cerebro de cada ciudadano mal educado religiosamente, para convertirse en elegido y salvador divino.

Más tarde, todos estos ilusos, descubrirán que no hay ríos que manan leche o miel, que no abunda el trabajo, que la calidad educativa es inexistentes, la buena atención sanitaria es desconocida, ni siquiera hay democracia, porque no puede decir lo que piensa sin consecuencias nefastas a sí mismo y a su familia... Lo descubrirá y tratará de cambiarlo votando... para entones, el "líder" es dueño de la finca (llámese Venezuela, Cuba o Nicaragua u otro nombre cualquiera), incluso es dueño de su vida ante la amenaza de cárcel, tortura, muerte. Descubrirá simplemente que ya es demasiado tarde.