Doña María Chichilco (II)

En 2007 comenté una declaración de doña María Chichilco. Hoy nuevamente es necesario hablar de ella a partir de una entrevista (que se debe leer) publicada en el "diario1.com". Además es Diciembre, y lo que voy a comentar sobre el informe del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) puede esperar a enero. Por el contrario doña María con su plática es necesaria en este momento porque da esperanza. Hace pensar que no todo está perdido y que El Salvador aun tiene salvación, porque aun hay salvadoreñas como ella o salvadoreños como don Carlitos López Mendoza, que no se han dejado arruinar por el poder o han vendido sus principios por dinero, posiciones o comodidades materiales.

Doña María Ofelia Navarrete actual Viceministra de Gobernación, me hace recordar lo maravillosa que era la gente antes de la guerra, especialmente los campesinos, capaces de compartir su pobreza con los que podíamos llegar de visita con hambre o sed; ella me hace recordar como era la solidaridad en las casas que te hospedaban "para mientras" por una noche, por un día.

Quiero creer que está en ese puesto político, porque Gregorio Zelayandía (Ministro de Gobernación) sigue pensando que es posible que exista la ética en la política y que aun, a pesar de la edad, mantiene vivos aquellos valores y principios que alguna vez compartimos en el Instituto Tecnológico (ITESS - Nivel Superior).

Doña María cuenta su historia, desde que empezó en el PDC, en Arcatao (Chalatenango). La dictadura, obstinada en mantener el statuo quo, impone a su candidato en unas elecciones repletas de amaños, nos comparte cómo ella defiende el voto, el "proceso democrático". La imposición de la dictadura los lleva a dejar creer en las elecciones. Su llegada a UTC, el inicio de la vida clandestina obligada por la represión. Y toda esa experiencia, toda esa su vida, nos lo cuenta como algo normal, como lo que le pasó simplemente por estar viva y tomar decisiones, sin poses de gloria o de superdotada heroína digna de adoración o exaltación como ocurre hoy con muchos y muchas que siempre tuvieron un techo y una cama caliente en la que descansar día a día, durante la guerra, algunos incluso fuera del país.

Doña María es directa, transparente, sincera, sencilla, una señora mujer, que a través de su plática nos va presentando el ideal de funcionario público, "Todo funcionario debe ser siempre parte del pueblo. Somos simples mortales. El que se infla se le olvida ese detalle". Y finaliza con el mismo final de la vida: "La muerte es parte de la vida. Lo que pasa es que uno no quiere aceptarla, porque la vida es amable aunque se aguante hambre".

Quisiera comentar toda la entrevista, pero no quiero privarles del placer de disfrutarla por ustedes mismos. El placer de conocer, al menos en la lejanía a una señora mujer salvadoreña: Doña María Ofelia Navarrete o como le gusta que le llamen Doña María Chichilco.

Primera Parte de la entrevista en "Diario 1" a doña María Ofelia
Segunda Parte de la entrevista en "Diario 1" a doña María Ofelia

Y para que la conozcan mejor tres videos, trailers de una película que le hicieron durante la guerra:
En este da clases, compartiendo sueños, algunos aun pendientes.
En este pregunta porqué no construir escuelas y enseñar a los niños a leer
Y en este otro una frase que me conmueve "Como retumba de bonito va?" y un reencuentro con su esposo

"Carabina 30-30" la misma con que arranca el video anterior.
Un homenaje en su cumpleaños

Y solo para comprobar que no son poses. La Viceministra de Gobernación les canta a los bomberos en el día del bombero.

También ha compartido en el extranjero su experiencia: "La guerra no es comida de hocicones. A las nuevas generaciones no se le puede ofrecer un futuro de combatientes"

En rendición de cuentas ISTA, la presenta el ex Subsecretario de Transparencia Marcos Rodríguez y ella brinda un discurso

Y casi olvidaba una entrevista en "El Faro" en 2004:
"En la guerra, nunca celebré una victoria con euforia" Parte I y Parte II

Finalmente, un pedido; viralicen este post, ya es tiempo que El Salvador reconozca a los verdaderos buenos salvadoreños, a los que no se rinden, a los que mantienen los ideales, a los que están dispuestos a servir y no a servirse y por eso no están todos los días en los medios masivos de comunicación. Doña María es de esas personas, que la conozca todo El Salvador.