Y otra vez son los mismos, los que nada tiene que perder, y quizás por eso vuelven, una tras otra vez, a perder todo lo que no tienen que perder.
Irónico, no tienen nada que perder y por eso no quieren abandonar lo único que tienen seguro, la champa que se cae por la fuerza del agua y los últimas granos de maíz que tanto costó obtener.
Son muchos, no tienen nada, solo la experiencia en el dolor, en la eterna vida de gitano, de paria, de "pobre de solemnidad" llamados ahora los de "pobreza extrema" como que cambiar a un nombre más poético hiciera que la miseria dejara de serlo.
Y hoy será cada día más duro, porque el calentamiento no se detiene, porque el capital debe seguir ganando y nosotros, los que tuvimos un mínimo de verguenza, convertida en cólera, ¿que hacemos? Sobrevivir, igual que ellos...
1 comentario:
Sí, no nos toca nada más que sobrevivir, como decía aquella cancion de Víctor Heredia.
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