Una vez tuve un tío abuelo paterno, que se llamó Juan, Juan Minero. El fue quien junto a su hermana Cayetana Minero (mi Mamá Tana), recogieron a mi padre cuando con una edad muy tierna, quedó huérfano, por eso mi tío Juan, era "Mi Papá Juan" para mi padre.
Juan Minero era payaso de profesión, tenía un nombre artístico por supuesto: "Juanillo". No se si siempre fue así, pero "Juanillo", al igual que muchos payasos, iba de feria en feria, de pueblo de pueblo, de circo en circo, haciendo reír a la gente, hacía magia, recitaba poesía, cantaba canciones y no es porque fuera mi tío, pero lo hacía bien, era un artista nato.
"Juanillo", alguna vez llegó a la casa, llegó como el Papá Juan de mi papá, llegó como el Tío Juan de nosotros, a veces, como el nómada cansado, se quedaba por algunos meses, pero luego se iba nuevamente. Era como un virus, no podía estar quieto en el mismo lugar, se desesperaba, su vida estaba en la feria, en la constante feria, que de pueblo en pueblo iba por todo El Salvador... a veces más lejos.
Cuando era aun muy chico mi mamá Tana llegaba a Santa Ana (ella vivía en Zacatecoluca) en el mes de Julio, justo en el medio de las fiestas patronales, era una felicidad, porque yo era el elegido para ir con ella a la feria y mis ojos de enano no paraban de ver aquí o allá los colores, de escuchar los sonidos y con un poco de suerte de subirme en una rueda. Cuando crecí entendí que el viaje a la feria no era para gozarla, era para buscar a "Juanillo", el hermano de mi mamá Tana, porque ella siempre lo buscaba en todo pueblo al que fuera y había feria. Al crecer la acompañaba siempre pero yo le ayudaba a preguntar de circo en circo si alguien sabía si "Juanillo" andaba por allí o sí lo había visto en los últimos meses.
Y así fue la vida, y a "Juanillo" en algún momento, lejos de sus familiares le llegó la muerte... Nadie supo que había fallecido, simplemente dejaron de dar razones de él y un buen día mi papá se propuso encontrarlo, pero lo que encontró fue la noticia de que su Papa Juan había muerto.
Lejos de la familia...
Cuando mi padre investigó más, supo que "Juanillo" había sido enterrado como corresponde a un ser humano, que todo había sido costeado por el bolsillo de un amigo, un tal señor Samper de apellido, Arìstides de nombre, "Chirajito" le decían porque también era payaso.
No sólo cubrió los costos, también le acompañó, le veló e invitó a otros del gremio a despedir a "Juanillo". Por eso cuando leo en los periódicos de que "Chirajito" tenía buen corazón, no arqueo mis cejas, como lo hago cuando me entero que un político ha donado una sonrisa o que una empresa ha donado miles de dólares mientras salen en televisión. Yo se que tras eso hay intereses económicos, reducción de impuestos y otras cosas más, pero en el caso de "Chirajito" se que es cierto, porque él acompañó en la última hora y enterró a mi Tío Juan, al "Papa Juan" de mi padre, que murió lejos del amor de la familia... y eso sin que nadie se lo pidiera o le diera nada a cambio, sin anunciarlo en "Jardín Infantil" o esperar "aplaisos".
Mi padre consiguió un número de teléfono y le habló para darle las gracias, "Chirajito" sólo le dijo que no había nada que agradecer, que "Juanillo" era su amigo y además su colega.
Por eso no dudo que esta noche, cuando el cuerpo de "Chirajito" ya fue sembrado en la tierra para que florezca, para que todos contemos lo bueno que fue, en el cielo han de estar alegres porque un buen hombre ha alcanzado la gloria... a lo mejor "Juanillo" salió a recibirlo para decirle "Y ya llegó muchachito, bieeeenveniiiiido pues"
Gracias don Arístides, don "Chirajito".
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