Don Rosalío Hernández Colorado era una persona muy conocida entre finales de la década del 70 e inicios de los 90, casi treinta años, buen quizás fuera mejor decir que su voz y sus escritos eran muy conocidos.Fue locutor deportivo en YSKL y Jefe de Redacción de La Prensa Gráfica (LPG).
Cuando llegué a LPG (1981), don Chalío era ya el jefe de redacción, semblante serio y siempre de traje, le recuerdo una acción:
Durante la ofensiva de noviembre de 1989, que el FMLN lanzará en El Salvador, hubo orden de casa presidencial de censurar el material que se publicaría, eran días difíciles, le escuché cuando telefónicamente discutía con un funcionario de Casa Presidencial defendiendo el derecho que teníamos como LPG de publicar lo que los periodistas habían visto, fotografiado, investigado. No aceptaba tener que enviar todo el material periodístico a Casa Presidencial para que su publicación fuera autorizada. Recuerdo que dijo algo así como que ni en las peores dictadura, pero ni Hernández Martínez nos han obligado a enseñar lo que publicaremos.
Yo trabaja en producción, no en la redacción, pero como nuestro trabajo era de apoyo, me tenía que mover mucho dentro de la redacción e incluso, más de alguna vez publique materiales (de opinión o investigación).
No puedo afirmar que conocí a don Chalío cercanamente, no podrìa opinar más sobre él o su trabajo, reconozco que fue parte del periodismo en momentos en que la objetividad era prácticamente desconocida y que, dentro del equipo que dirigía, tenía más voceros que periodistas, pero haber tenido ese diálogo (yo lo escuché), en el medio de la ofensiva, cuando evidentemene los militares estaban dispuestos a todo con tal de que el FMLN no pasara del punto en el que estaban, disculpenme, tiene su valor, y muy el jefe de redacción de La Prensa podía ser, pero guerra es guerra y esa ofensiva fue lo màs cerca que en San Salvador la gente vio la guerra.
Hay cosas, actos, de las personas que deberíamos conocer aquellos que tendemos a juzgar a las personas, repito, no fui amigo de don Chalío, no lo traté como para llegar incluso a ser su "chero", pero si fui testigo del acto que describo. Don Chalío ha muerto, que descanse en paz.
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