domingo, 1 de junio de 2014

Corrupción



Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en Derecho, la Corrupción es: "En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores". La corrupción, en el sentido estricto va desde la pérdida de saquitos llenos de dinero, hasta la pérdida de resmas de papel, plumones, lapiceros y hasta grapas de las oficinas públicas para ser utilizadas en la casa del funcionario, empleado o servidor público. Corrupción es también utilizar influencias en las oficinas públicas para evitar la "cola", saltándonos a quienes esperan ser atendidos.

La corrupción es, entonces, una acción que todos podemos ejecutar. Es decir, no es solo el robo de millones, es también trabajo de hormiga que poco a poco desaparece alguna que otra cosa de la institución pública, para ser utilizado en fines particulares, o las conductas que aprovechan el amiguismo para buscar favores personales o incluso utilizarlos para facilitar gestiones a un tercero mediante cobros extras.

La lucha contra la corrupción es, en principio y sobre todo, una lucha pesonal contra costumbres que consideran "normal" tomar una resma de papel o algunas hojas (25, 50 o 100) o bien horas de trabajo para navegar por el internet y "bajar" la tarea de los niños; o pasarnos la cola en el Seguro Social o en alguna otra institución utilizando a los "cheros".

La lucha contra la corrupción es binaria, es decir, solo puede tener dos estados: o se está a favor de la corrupción o se está en contra de ella; y la credibilidad de la lucha contra ella se basa en la coherencia en dicho y hecho de cada ser humano.

El Caudillismo, el Culto a la pesonalidad" y otras tipos de generación de "héroes" o "salvadores" son un método equivocado de evitar la rsponsabilidad ciudadana y trasladarla al "Caudillo", al "héroe", al "Salvador", pero es una cómoda forma de renunciar a la ciudadanía, a los derechos inherentes a nuestra condición de ciudadano, justificándonos desde el día a día y la imposibilidad de dicar tiempo a ejercer derechos de ciudadano más allá del ir a votar cuando se es convocado cada cierto tiempo.

En este inicio de gobierno, es importante que hombres y mujeres tengamos claro que TODOS quienes son electos, lo son para servir, punto. Es importante entender esto para evitar seguir cayendo en el caudillismo o peor aun en cultos a la pesonalidad que tan mal le han hecho al ser humano a lo largo de la historia (Hitler, Mussolini, Stalin, Franco, Pol Pot y otros de por aquí cerca). No existen héroes, no existen santos, los políticos son hombres y mujeres que necesitan de la observación ciudadana y de los medios para que sepan que no quedarán impunes en caso de abusar de la cosa pública.

La corrupción no es ideológica, no hay corruptos solo en la derecha o solo en la izquierda, los hay en ambos lados y también en el centro, los hay en todos lados, en todas las instituciones y en todas las organizaciones, pareciera ser una desgracia inherente al ser humano, pero no es una mal sin cura, hay una poderosa cura llamada Transparencia, pero para ejercerla como ciudadano exige de nosotros conductas transparentes. De modo que ya no siga pasando que no se habla porque aquí todos "tenemos la cola pateada".