jueves, 16 de enero de 2014

Yo voto no votando



Art. 273 Código Electoral Las elecciones a que se refiere este Código serán declaradas nulas por el Tribunal en los casos siguientes:... d) Cuando los votos nulos y abstenciones, calificadas como tales en el artículo 200 de este Código, superen a la totalidad de los votos válidos en la elección de que se trate".
Un año que no recuerdo, entre 1972 y 1979, se dieron elecciones en las que solo participó un partido político, el oficialista Partido de Conciliación Nacional (PCN).

Buscando suavizar la vergüenza que se veía venir, el poder económico, los militares que le servían y el PCN que seguía sus órdenes, iniciaron una campaña de confusión y amenaza. Recuerdo que corría el rumor (tan efectivo en aquellos días como ahora) de que quienes no fueran a votar serían despedidos de sus trabajos en la empresa privada o el gobierno porque si no votaban eran comunistas. La campaña incluyó una amplia difusión de que la ley garantizaba cárcel a los dirigentes de la organización o bien a los ciudadanos que a título personal convocaran a la abstención o anulación del voto. La dictadura, obligó a empleados públicos a servir en las Juntas Receptoras de Votos contra su voluntad, solo para parecer que el ciudadano común "se moría de las ganas" de participar.

El partido en la Oposición era la alianza formada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el socialdemócrata Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) y la Unión Democrática Nacionalista (partido fachada del Partido Comunista de El Salvador). Esa alianza, se llamaba "Unión Nacional Opositora" (UNO).

La oposición tenía la oportunidad de demostrar que la "fiesta democrática" en realidad era baile solitario del PCN, partido experto en fraudes, bastaba que la gente venciera el miedo a las amenazas. ¿Cómo orientar al ciudadano sin caer en delito? ¿Cómo evitar que sus dirigentes fueran capturados y acusados de coartar el derecho al sufragio?

Cerca de las elecciones, los muros de las ciudades reflejaban un texto sin firma, sin datos de quien lo había escrito y solo se leía: "Uno, no votar", eso era todo. Y esa "Fiesta democrática" se vio, dentro y fuera del país, como lo que fue: el baile solitario de un partido político autoritario y represivo. La voluntad de los ciudadanos superó al miedo a ser llamado comunista, a ir contra la corriente, gracias a la acción de jóvenes que por la noche, a riesgo de su vida, escribían sobre los muros de El Salvador: "uno no votar".

Hay momentos decisivos en los que ir contra la corriente vale la pena.

Izquierdas y derechas, hoy nos venden que anular un voto es favorecer al otro partido (al que está más alejado de nuestro corazón). Creo necesario que los políticos sepan que, al menos yo, creo que este sistema democrático con sus imperfecciones vale la pena, lo defiendo y por eso voto no votando por ellos porque no me generan confianza, porque no me ofrecen soluciones viables a los grandes problemas que me aquejan a mí, y a mi familia, pero sobre todo a los ciudadanos más pobres; porque no son transparentes en el manejo de mis aportes económicos solidarios y sacrificados llamados impuestos; porque no son solidarios ya que gastan y se auto reparten grandes sumas de dinero, mientras el salario mínimo apenas cubre la supervivencia de los más humildes. Por eso y más yo, señores políticos y señoras políticas yo voto no votando por ustedes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues esta vez veo que mas gente opina lo mismo y creo que las redes sociales contribuirán a que este mensaje pegue duro... no creo que llegue a ser suficiente para anular elecciones, pero al menos la gente agarrarán mas conciencia de que juntos son capaces de protestar con mas fuerza... MELF

Carlos Minero dijo...

Pienso igual que no llegará a la mitad más uno. Es más, creo que muchos que habían decidido anular, finalizarán votando por uno u otro partido, la presión social es increíble, todos tus amigos y conocidos presionando porque votes por quienes ellos saben que votas siempre...