domingo, 22 de septiembre de 2013

¿Y si la solución fuera el pobretariado....?



Pienso eso y me da risa darme cuenta que lo estoy pensando... porque ya no existen esos valores sociales de clases bien definidas.

Si fuera sociólogo a lo mejor buscaría una explicación "científica" a la anterior afirmación tomando como base ejemplos recientes: Las selecciones de futbol mayor.

La selección nacional de fútbol mayor han dado una lección del comportamiento típico del salvadoreño oportunista: día a día venden sueños y emociones. Engañan gente, y cobran muy bien por ello. Viven bien a costa de la pobreza de otros. Pero eso no importa porque la lección es clara, sálvese el que pueda que esto es capitalismo puro, salvaje como dijo el Papa Juan Pablo II y el que no agarra cuando puede, que no se queje. Egoísmo es su valor más alto valor. Más graves son los que están sobre ellos; los "autores intelectuales" esos que desde la sombra han manejado todo y no han aparecido por ningún lado. Valiosas amistades tendrán para que sigan en la oscuridad.

La selección nacional de fútbol playa tiene una diferente actitud: la suda hasta deshidratarse, con todo y esto que vienen de vidas en las que algunos ni leer podían, viviendo en el nivel más bajo del estrato social, sin esperar nada a cambio, la sudan hasta deshidratase. Nos brindan lecciones de civismo al parecer no solo como un acto de propaganda, es decir como su vida pública, sino también en su vida privada (de momento dejemos fuera al profe que se salva de las esquelas).

Si bien, no soy muy expresivo con el futbol (ya alguna vez escribí cuando fue la vez que más quise al fútbol) no soy indolente ante la selección playera. Cuando anotan un gol, no me levantaré y gritaré como mis hijos o esposa, pero la piel se me eriza y la alegría pelea por brotar en los ojos.

Lo que me molesta y por eso critico es que se utilice el deporte como acto consciente de propaganda, lo hicieron antes en Europa del Este llegando a colmos... pero bueno, eso es lo que me molesta. Que el fútbol se ocupe como el mayor circo para cubrir o al menos opacar el hambre de los pobres.

La "Selecta Playera" tiene un espacio especial en mi corazón, no les conozco, no hace falta. Me parecen como los cientos, miles de pobres que he conocido a lo ancho y largo de este pequeño país en mi corta vida. Los seleccionados de playa son como todos ellos, listos a compartir sus pocos bienes, listos a brindarte una mano, listos a dar la vida por sus amigos (hasta eso se ha vuelto un slogan ya). Me molestó la diferencia de trato entra la Selección Mayor y la Selecta Playera, pero claro, los políticos se moverán de acuerdo a las encuestas.

Ya me perdí, ¿verdad? El punto era el cuestionamiento que hoy me hacía: ¿y si la solución fuera el pobretariado? Y me da risa, porque, en este mundo interactivo y moderno, las categorías son otras, ya no del conjunto como "masa", sino del ser humano consciente de sí mismo y su poder como ciudadano, y será la unión de esos seres humanos conscientes de sus responsabilidades y derechos los que cambiarán a las sociedades. La Selecta Playera es un buen inicio como lección de humildad, entrega y honestidad para todos nosotros.

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