jueves, 8 de noviembre de 2012

El llanto amargo por los que se han ido...



Los partidos políticos lloran por los diputados que pierden, no tanto porque es un camarada que se aleja, sino porque es poder que van perdiendo. No lamentan la pérdida de un amigo o, al menos, conocido, sino de una mano que se levantará junto a las demás del partido, cuando el jefe de fracción lo ordene porque así se lo mandaron los propietarios, sus jefes.

¿Cuál es el verdadero origen de estos cambios de vestuario: Necesidad económica, debilidad ideológica?

Me parece que el primer factor es la cantidad de efectivo que rodea a la política nacional, efectivo que circula sin mayor investigación y sin causar preocupación a nadie, excepto, claro, al partido que en ese momento perderá diputados, pero aun en ese caso será una preocupación temporal.

Me parece que hay debilidad ideológica, pero eso es normal, los partidos en su afán de sumar votos, permiten que al partido ingrese quien pueda aportar votos. Por lo visto hasta hoy, no es una preocupación la calidad moral del futuro funcionario electo. Se busca que el candidato reuna al menos dos condiciones: tener efectivo que aportar a la campaña y ser "conocido" para poder aportar votos al partido y respaldar así a la dirección (que seguramente no será muy votada).

Con esos antecedentes ¿de qué se quejan los partidos políticos?

No hay comentarios: