lunes, 20 de agosto de 2012

Ya llegó el que andaba ausente...



El recurso más caro que tiene el hombre, a mi parecer, es el tiempo. Porque el tiempo no se recupera, no se puede almacenar y dejarlo en refrigeración buscando un mejor momento de emplearlo, no se puede reprocesar para hacer más tiempo o cortarlo para hacer tiempos más pequeños. De allí que la sabiduría popular tenga bien dicho que “El tiempo perdido hasta los santos lo lloran”.

En nuestro país, al que se siempre los políticos (internamente) definen como uno en el que escasean los recursos y abundan las necesidades, el tiempo es todavía más importante.

¿Cómo recuperar el tiempo de los muchachos y muchachas que ya bachilleres, no tienen los conocimientos mínimos necesarios para poder aspirar a un trabajo que cubra sus necesidades mínimas de ser humano? Peor les va a quienes aspiran a convertirse en profesionales y descubren que no pueden superar el examen de admisión.

¿Cómo recuperar el tiempo para asegurar que un enfermo pueda cambiar sus hábitos de vida, o ambiente laboral o familiar, de manera que la enfermedad que padece no se le desarrolle? ¿Cómo volver el tiempo atrás del embarazo no deseado en una adolescentes que, confundida por los cambios que sufre en su cuerpo y mente y ante la falta de orientación, confundió amor con sexo? Embarazo que puede, con mucha probabilidad, terminar en decisiones peores.

“El tiempo, el implacable, el que pasó” (como canta Pablito Milanés), nos va dejando huellas y nos va enseñando, de a poco, que la vida es una constante toma de decisiones, y que en la medida que pasa, nos va acumulando experiencias.

Pero todo esto es para los seres humanos normales, comunes y corrientes, que día a día tenemos que correr tras el alimento del día. Los que sudamos, nos preocupamos, nos enfermamos, nos rebuscamos… Los políticos no son de esos...

Los políticos son especie aparte, por eso pueden darse el lujo de gastar tiempo y dinero en 17 reuniones (en 27 días) para acordó lo que debian. Ya el 28 de junio la Iglesia Católica por medio de la Conferencia Episcopal emitió un comunicado solicitando el respeto a la sentencias, como ella y aún antes de ella, organizaciones civiles, ONG´s, y personalidades habían solicitado el respeto y acatamiento inmediato a la sentencia de la corte.

No he leído en detalle el acuerdo de los políticos en casa presidencial, pero me parece que finalmente, respetarán la sentencia en lo medular... pero cuidado, el ego de estos personajes no puede quedar dañado, van tras la venganza: leo en algún periódico que ya se preparan a realizar un profundo y sesudo análisis de las competencias de los órganos del Estado ¿Intento de crear una dictadura legal? ¿Porqué no?, de estas damas y caballeros no se puede esperar nada bueno.

Lo trágico de esto es que, esos diputados que nosotros hemos electo, se pasaron por el arco del triunfo” (como dice un amigo) las sentencias y la voluntad popular (incluyendo la Iglesia Católica), hasta que finalmente llegó el dueño del circo para ordenar a sus empleados, y ese no solicita, no protesta, no suplica, ese ordena y claro, los empleados obedecen, aun cuando el mensaje venga en otro idioma.

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