martes, 29 de mayo de 2012

Mujica, lo que fue la izquierda, lo que debe volver a ser


Vuelvo a escribir, porque me es imposible estar en silencio. Ayer "El Diario de Hoy" publicó una nota titulada: "Mujica, el presidente que vive con el 10% de su salario" y me causa gracia, porque a El Diario de Hoy no le importa en lo absoluto que Pepe Mujica sea un hombre honesto y siga humilde, un ex guerrillero, fundador del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Al diario le importa Mujica, en la medida en que puede utilizar ese ejemplo, para sus fines.

Pero esta bien, hay que reconocerle que ha acertado, porque la izquierda en este país, o al menos el partido que se autodenomina de izquierda en el país es, para quienes militamos en aquella izquierda clandestina de la década del 70 e inicios del 80, es decía, al menos una organización desconocida, rara.

Durante la campaña Mujica fue atacado de todas formas, fue filmado con tragos de más, fue enfrentado con su pasado, en fin, nada de que nos sea extraño en nuestras campañas políticas. Y el día que toma posesión, en la plaza pública, al calor del sol, sin leer, con micrófono en mano, moviéndose en la tarima, dio una cátedra digna de escucharse.

Un discurso que no solo tuvo las palabras sino los gestos: le cede la palabra al vicepresidente, porque está consciente de que se debe hacer un gobierno de equipo, porque "sabes una cosa pueblo, cuando uno tiene 74 años es bueno tener la caja de repuesto aceitada y pronta, por esa razón este es un gobierno de equipo que no delega responsabilidad pero sabe que tiene que desconfiar de la biología, aparte de desconfiar de las limitaciones que puede tener la soledad de nuestras cabeza"; presenta a un invitado especial, un camarada de más de 40 años de militancia, que vive en Artigas y en cuyo rancho descansa en cada visita a esa región, uno de los "imprescindibles de abajo" de los que "nunca piden un puesto, un cargo, un acomodo, un laburo, de los que a lo largo de más 40 años siempre militan y es a través de él que quiero recordar que no por estar arriba, tu corazón y tu compromiso dejan de estar abajo", lo llama "un viejo peludo" con el cariño propio de los camaradas, cómplices en la construcción de la democracia.

Tantas frases inolvidables, en ese discurso, que no recuerdo haber leído en El Diario de Hoy ni en ningún otro medio, luego del histórico 1 de marzo de 2010. Entre las inolvidables: "pertenecemos a una generación de la cual quedan alguna reliquias de los que quisimos tocar el cielo con la mano, desesperados de amor por las tragedias de nuestros pueblos, soñamos con construir como pudiéramos, sociedades mejores. Duro aprendizaje de la larga acumulación que significa poder progresar, porque no hay progreso que no sea acumulativo, que no sea lento y que no sea hijo del trabajo disciplinado de los hombres y de las sociedades”.

...y continuará: “Hoy, hoy nos damos cuenta queridos compatriotas que no podremos jamás abdicar de soñar que algún día podrá haber arriba del planeta sociedades donde lo mío y lo tuyo no nos separen, con menos egoísmo, más solidaridad. Pero sabemos, sabemos que no es poca cosa tener libertad, disentir, respetarnos, multiplicar conocimiento y conciencia y ensañar todos los caminos y formulas posibles que sirvan para enriquece la sociedad y para enriquecernos nosotros mismos como seres humanos”.

...y a pesar de los sueños y más bien por esos sueños, se debe ser realista: “Soy de los que piensan que algún día la humanidad construirá esas sociedades pero mucho antes tendrá que haber multiplicado mucha riqueza, mucho conocimiento y mucha cultura porque es inútil querer igualar de arriba hacia abajo, la gente clama por lo inverso. Todas estas cosa son opinables pero un gobierno son cinco años, tenemos que cumplir nuestros pequeños escaloncitos, subirlos y tratar de dejar algo que van a continuar otros. La historia ni empieza ni termina con nosotros, solamente que seamos unos bichos terriblemente vanidosos”.

Deja claro el rumbo y reta a la clase obrera: "¡necesitamos gente que invierta! y le tenemos que dar garantía, porque va a invertir si tiene seguridad y tranquilidad y si esa gente no invierte, no le damos respuesta a aquellos por los cuales solidariamente más estamos preocupados, por el afán de repartir mucho y aceleradamente terminamos repartiendo menos, tiene que andar la economía en primer término, pero tienen que andar todas las iniciativas posibles..." "...la audacia de un Estado que tenga capacidad de asociarse, de fundar cosas, más que nada por darle garantías a la gente, a una clase media o rica que no llega a la estatura de empresarios, ¡pero es lo que tenemos!, ayudarla a fundar cosas, a fundar que corran las cooperativas que se atrevan y aquellos más corajudos, de mi palo, que no se preocupen de levantar muchos letreros por reivindicaciones, eso que lo hagan ¡pero que afronten el coraje de juntarse y fundar empresas autogestionadas para demostrase a sí mismos, que los trabajadores son capaces de mandarse a sí mismos! y todo ese mundo conviviendo y multiplicando la riqueza, porque si no multiplicamos riqueza, todo lo demás es bla, bla, bla, bla".

...y cierra magistralmente afirmando que su país debe continuar su tradición de igualdad entre los uruguayos y debe continuarla "llevándole oportunidad a aquellos que el mercado tiende a segregar contemporánemente. El gran compromiso del gobierno que nace hoy no es tocar el cielo con la mano, ni repartir lo que no tiene, sería imposible. Su compromiso se puede cuantificar y medir con pocas palabras: barrer la indigencia y disminuir la pobreza en un 50% como propuesta elemental y masificar el conocimiento y la cultura muy particularmente llevando el conocimiento al interior lejano olvidado y segregado, la forma en que lo hágamos es negociable, no es negociable el rumbo, y si por ello nos toca pasar horas amaras, las pasermos estamos convencidos que la mayor herencia que le podemos dejar a las generaciones que vengan que sean sencillamente más capaces que nosotros, más formados que nosotros, nadie nos va a regalar la prosperidad". No recuerdo haber leido en El Diario de Hoy este discurso... Mujica no es un improvisado es un representante de esa izquierda decente, honesta, formada por hombres y mujeres que fueron capaces de arriesgar sus vidas por alcanzar justicia y democracia, no por un puesto, no por un título, no por la posiblidad de gestionar la empresa pública como cosa propia...

Pues bien, para quienes no conocían a Pepe Mujica, El Diario de Hoy les ha dado la oportunidad de conocer lo que fue la filosofía personal, conducta y coherencia de la gran mayoría de militantes de izquierda en la década de los 70, principios del 80. Esa izquierda democrática, racional, honesta y sobre todo coherente (entre el discurso y la práctica), que todavía hay queconstruir en El Salvador.