miércoles, 2 de noviembre de 2011

Estoy cansado, tengo sueño, he amado, he ganado el silencio…



Musicalización de "Alta hora de la noche",
poema de Roque Dalton.


Cuando me muera nadie irá a poner flores a mi tumba, porque la ley de compensación existe y yo no voy a enflorar a nadie… Así debe ser, así lo pido. No quiero poner en trabajo a nadie, lo que viví ya estuvo. La muerte es el fin o en todo caso el paso a la eternidad y allí no quedará tiempo para estar pendientes si llegarán a poner flores en la tumba. Eso de enflorar es cultural, pero también es cultural la corrupción y la mentira, y no por eso hay que adoptarlo.

Yo pienso en mis amigos y hermanos que partieron, y mentalmente he dejado mi rosa atrapada por mi puño, en el muro (en el Parque Cuscatlán), me acuerdo de mis abuelos maternos y de mi abuela paterna y de tanta gente más. Y desde aquí coloco flores para ellos y ellas.

La verdad la muerte está allí esperando, lo grave es que los últimos exámenes dicen que no tengo nada malo, excepto el hígado, pero aun eso puede ser solucionado, no con la solución que le dieron a Steve Jobs, sino solo con el cuidado en lo que como.

Total, a menos que un hermano en un bus, decida que ya estuvo y que mi celular no vale la pena el esfuerzo y decida recortarme el camino, aparentemente la vida va para largo todavía. Este día ha sido especial, no hay duda, para cerrarlo tres cervezas y cuatro pupusas. Que más... ah! mis letras que son doce: Carlos Minero, pero una letra a cualquiera se le dispara. No son once, son doce.

No hay duda, estoy cansado, tengo sueño, he amado, he ganado el silencio…

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