viernes, 1 de julio de 2011

Abiba la cafeteda... saliste tu!!!!!

He comprado una mil hoja (con lo mal que me gustan), y la como mientras escribo esto. Creo que fue el subconsciente, simplemente la pedí, porque te mantengo presente.

Debes volar, no hay duda de eso, es sólo que haces falta. Pero debes volar, yo solo quiero que seas feliz, ese fue mi sueño y es cierto, me costó comprender muchas cosas, no debo decirlo, tú lo sabes, la salida de la UCA por ejemplo, pero cada quien tiene sus sueños, y me faltó tiempo para conocer los tuyos, no hice el tiempo para conocerlos… pero al menos tuviste la oportunidad de rodearte de gente que te enseño a defenderlos y a seguirlos…

Puedo culpar a la pobreza y a la semiclandestinidad de la falta de afecto, ellas me enseñaron a ser distante y, sin ser culpable, tu lo padeciste, mientras viajaba en el bus hoy, no pude evitar cantar: “abiba la cafeteda, abajo la azucadeda… saliste tu” y siempre era yo el que se iba, y entendía que era el premio por ser tan distante... pero te amo, cuando por primera vez te vi me di cuenta que estaría atrapado contigo de por vida…

Con tristeza, me alegro de tu decisión (en tanto decisión), me incomoda no saber dónde ni con quienes, pero confío en que tu madurez e inteligencia se involucraron y seleccionaron bien el lugar y los acompañantes, de todas formas jamás olvides, la mitad de la casa es tuya y puedes venir a descansar en ella cuando quieras. Todos necesitamos un oasis, ojalá tu casa sea el tuyo.