miércoles, 3 de febrero de 2010

Una vieja canción, bueno tres...

Hoy la vi y tenía un rostro ajeno al que yo amaba
el que dan, unos años de no ser feliz
Hoy la vi, y recordé la historia de un pedazo de mi vida
en que abrí, la primavera abrupta de mis años al amor.

Una de las tantas canciones viejas que escuchábamos con bajo volumen simplemente porque era de Pablo Milanès.


Otra menos vieja, que si la memoria no me falla va así:


Yo como tu, amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero
También mi sangre bulle y rio por los ojos
que han conocido, el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello que la poesía es como el pan de todos
y que mis venas no terminan en mí
sino la sombra unánime de los que luchan por la vida,
el amor, las cosas, el paisaje, el pan de la poesía de todos.

Es un poema de Roque Dalton y lo escuché con la Banda Tepehuani


Y una que aun cuando la he buscado no he podido encontrar


Que noticias nos sorprenden riendo una tarde
que noticias de muerte nos llevan del talle
a dónde la rabia tiene su guarida
donde sobra el llanto y se esconde la risa.
Noticias de gente apaleada en la calle
Noticias de vida, de libros que arden
Noticias de sangre....
....
Que no se sientan las piedras eternas
si hasta las piedras pierden la dureza
cuando el martillo golpea con fuerza
la piedra que no es bien pura se quiebra,
la piedra que no es bien pura se quiebra,
También hay noticias bien crueles que llegan
aunque es la esperanza que hincha su bandera
de un rey que en palacio murió no muriendo
levantó su mano pa tocar lo eterno
y Nuevas noticias llegarán de nuevo
pues siempre el verano ha vencido al invierto
y aun que este sera un duro país sin fronteras
depués del invierno siempre hay primavera
Que no se sientan las piedras eternas(bis)

Cuánta música y cuánto recuerdo.

No hay comentarios: