domingo, 13 de julio de 2008

Otra vez silencio...

Y ahora es por un trabajo que hemos estado haciendo que si bien es importante no es la gran onda para que absorba tanto tiempo, lo que sucede es que quien lo dirige es un típico jefe de administración pública vieja, de esos que es pura idem para dirigir, de esos que recibieron su curso de administración en una finca cafetera de los años 50 o en un obraje de añil en los que eran explotados Anastasio Aquino y sus hermanos, en el 1820 y tantos.

Ambas formas de administrar provocaron problemas en nuestra historia, pero estos prójimos jamás estudiaron historia y por lo tanto no lo saben. En fín... Hay mara que realmente no deberìa ser parte de la administración pública si queremos que esto funcione bien, pero...

Hay gente que serìa una interesante pieza de laboratorio, habrà que investigarlos porque tienen el intestino en el lugar de cerebro; reptan en lugar de caminar y sienten placer en sentir que son jefes haciendole la vida imposible a los demás, la mayoría se la aguanta por el hambre ("está yuca la situación afuera") otros en algún momento los mandamos a su cerebro, porque nos hastiaron... pero no aprenden.

Cuando esto pasa recuerdo las palabras de Gandhi de que cuando desesperaba se acordaba que a lo largo de la historia existieron dictadores que parecìan inamovibles, pero cayeron. La justiria finalmente reina y a cada quien le llega su hora.

Mientras eso pasa, hay que solidarizarse con los que tienen jefes tan inmaduros, inmorales, antièticos e incapaces de convertirse en lìderes como esos...

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