lunes, 26 de mayo de 2008

Se movió al Faro uno de mis amigos...

Ricardo me conoció cuando llegaba a su casa como amigo de su hermana Edith, con ella estudiamos bachillerato con un año de diferencia en el INSA y Paty nos presentó, en su casa conocí a Nohemy y también nos hicimos amigos.
Al poco tiempo, hube de tomar decisiones dolorosas: retiradas de los amigos, porque el acercamiento quienes llegarían a ser mis grandes camaradas (los nuevos amigos y hermanos), me llevaron a retirarme, en el caso de la familia de Ricardo decidí alejarme de ellos para protegerlos y para protegerme; especialmente cuando en un auditórium de la UES (la querida Ucita) me encontré con Edith, en el medio de una acción de propaganda y sólo me miró y movió la cabeza en negativa, sentí que era un reclamo. En ese momento estaba convencido de que hacía lo correcto y decidí alejarme de ellos.
Nunca olvidé que fue Edith quien me vió en la Universidad de El Salvador en el medio de una acción de propaganda, y un día caminando en Santa Ana, iba ella y Nohemy (su hermana) caminando, yo las evadí y entonces la voz de mando de Edith me grita "Y a vos que te pasa", me dio risa y las saludé y comprendí que para ellas también era su amigo.
Un buen día decidí ocupar un poco el tiempo libre y me metí a jugar a estudiar ingeniería electrónica y en la misma universidad estaba inscrito Ricardo estudiando Civil, y entonces le conocí yo. Fue el quien me recordó que ya me conocía y se identificó como el hermano de Edith y Nohemy.
Cuando su padre murió (un fin de año) yo ya había reventado con el Partido. Me enteré temprano de la mañana, me lo dijeron y sentí un gran dolor (a lo mejor un poco de sentimiento de culpa)solté un par de lágrimas, era una cosa compleja, porque no lloraba por la muerte del señor, a quien conocì poco, sino porque mis amigas Edith, Nohemy y Ricardo, estaban sufriendo y yo no podrìa acompañarlas. La primera intención fue acercarme y acompañarles pero el "razonamiento lógico" indicaba que no era lo mejor, mi situación personal era delicada y a esas alturas lo que menos quería era morirme por accidente o equivocaciòn.
Siempre los consideré una familia ideológicamente colocada a la derecha, pero mi padre me enseñó que la amistad está sobre las diferencias ideològicas y económicas, y cuànta razón tiene en eso mi querido viejo.
En la universidad nos hicimos amigos con Ricardo, me reencontré con Edith, Nohemy y el resto de la familia. Volví a su casa en Santa Ana. Dejé de estudiar, me casé y empecé a ser feliz. Creo que nos dejamos de ver por un buen rato, pero un buen día caminando por Santa Ana, con mi esposa, me encontré con él, con Nohemy y con quien llegaría a ser su esposa, nuevamente intercambio de teléfonos y la vida siguió.
Ricardo también se casó y un buen día apareció en La Prensa Gráfica, y allí nos reunimos nuevamente con Mario (otro loco que estudiaba ingeniería y con quien fuimos compañeros y somos amigos). Ricardo como corrector de textos, Mario como periodista y yo como digitador, cada quien creció de acuerdo a su capacidad y madurez y poco a poco nos fuimos separando de nuevo.
Hoy se ha ido al Faro y seguramente estará a la altura de las expectativas que ha creado su movimiento. Es mi amigo y le quiero como tal. Me alegra su cambio aunque sigo pensando como la noche que hablamos en "La Ventana", por cierto te debo aùn los cinco dólares, pero ojalá tengamos tiempo un buen día para vernos de nuevo y, como le escribía Roque a Salarrué, yo tenga unas chirilicas para echarnos unas buenas conchas y birrias. Salúd maextro y la verdad no escribo el final del saludo pero usted sabe, sólo me preocupa una cosa, usted sabe cual es.